Argentina, la crisis política que no cesa

La presidenta acepta la renuncia de su jefe de gabinete tras el conflicto agropecuario

(Washington Uranga) Como consecuencia de la derrota parlamentaria sufrida en el intento de legitimar por la vía legislativa un arancel móvil a las exportaciones agropecuarias (conocido en Argentina como “retenciones”), la presidenta Cristina Fernández aceptó el 22 de julio la renuncia presentada por su Jefe de Gabinete de Ministros, Alberto Fernández, un dirigente político que había acompañado en esa función a(2003-2007) durante todo su mandato y que había sido ratificado en el cargo por la actual presidenta el 10 de diciembre último. La salida de Fernández –a quien se considera uno de los dirigentes políticos de mayor confianza del matrimonio Kirchner– deja en evidencia las diferencias que se vienen planteando en el seno del Gobierno tras 125 días de conflicto agropecuario y el revés que tuvo en el Congreso la iniciativa impositiva del Poder Ejecutivo.

Poco menos de 24 horas después de conocida la renuncia del Jefe de Gabinete, la presidenta Cristina Fernández ya le estaba tomando juramento a su sustituto, Sergio Massa (36 años), un joven dirigente que hasta el momento se desempeñaba como intendente (alcalde) de Tigre, municipio muy cercano a Buenos Aires. Massa hizo una veloz carrera política junto a los Kirchner, después de haber trabajado junto a otros dirigentes del Partido Justicialista (peronista) y de haberse desempeñado con éxito como titular del ente estatal administrador de los servicios asistenciales y pensiones (ANSSES). En octubre pasado, Massa había obtenido por vía electoral la titularidad de la intendencia de Tigre.

A pesar de ratificar su “amistad con el matrimonio Kirchner”, Alberto Fernández dejó trascender a la prensa sus discrepancias con la forma en la que el Gobierno llevó adelante la negociación con los dirigentes agropecuarios y opiniones que lo distancian sobre todo con el ex presidente Néstor Kirchner, a quien se le asigna –actuando como presidente del Partido Justicialista de Gobierno– gran influencia en las decisiones de gestión de la presidenta Cristina Fernández.

Si bien los números de la economía siguen siendo favorables, algunos pronósticos advierten sobre el alto costo que tuvo para el país el conflicto con el campo, plagado de enfrentamientos que incluyeron lockout agrario, cortes de ruta y consecuencias de desabastecimiento para los principales centros urbanos. La salida de Fernández y su reemplazo por Massa podría no ser el único cambio en el Gabinete de Cristina Fernández, que ahora intenta retomar la iniciativa política impulsando, entre otras medidas, iniciativas que mejoren la remuneración de los asalariados y los jubilados.

Washington Uranga es corresponsal de ‘Vida Nueva’ en Buenos Aires

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