La libertad religiosa peligra en Kazajstán

Las Iglesias cristianas ven en la nueva ley restricciones de ‘estilo soviético’

(María Gómez) Las Iglesias cristianas en Kazajstán han condenado el nuevo anteproyecto de la Ley sobre las Religiones, que, tras su aprobación parlamentaria el pasado junio, deberá ser sometida a la decisión final del presidente, Nursultan Narzabev, en diciembre. A juicio de las Iglesias, el anteproyecto impone unas restricciones de estilo soviético.

“El número de misioneros extranjeros se limitará, y el trabajo será especialmente difícil para las Iglesias con sede en otros países, para las que será imposible recibir ninguna ayuda”, explica el franciscano Henry Theopilus Howaniec, obispo de Almaty y secretario de la Conferencia de Obispos Católicos de Kazajstán. En declaraciones a la agencia ENI, Howaniec asegura: “Todos los líderes religiosos con los que he estado -bautistas, presbiterianos, luteranos- están profundamente afectados, como deberían estarlo los cristianos de todo el mundo”.

La propuesta de ley requiere, entre otras medidas, que las ‘organizaciones religiosas centralizadas’ lleven 10 años en Kazajstán y que estén en al menos cinco de las 16 regiones del país, la obligación de rendir cuentas al Estado sobre las propias actividades económicas, la autorización por escrito de ambos padres para que un niño pueda participar en una actividad religiosa, o la necesidad para todas las comunidades religiosas de registrarse nuevamente, incluso para las que ya están legalmente reconocidas. En el país, de mayoría musulmana, hay unos 250.000 católicos.

Deshacerse de la religión

El obispo Howaniec sostiene que estas modificaciones violarían los acuerdos de 1999 entre Kazajstán y la Santa Sede, además de minar la buena reputación del país: “Desde que la actual ley religiosa fue aprobada en 1991 [año de la independencia], Kazajstán ha sido un ejemplo, en contraste con otras naciones de Asia Central, de paz y armonía religiosas”. Por eso ahora lamenta: “Hay comunistas en el Parlamento que no saben nada sobre religión y quieren deshacerse de ella. Otros, acertadamente, están preocupados por controlar el fundamentalismo islámico, pero no deberían convertir eso en un ataque a todas las religiones”.

“Kazajstán parece seguir a otras antiguas república soviéticas que estrechan el espacio para la libertad religiosa, en vez de adoptar protecciones para ello”, denunciaba la comisión estadonidense para la libertad religiosa internacional (USCIRF) el pasado 17 de julio”.

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