El reto de reescribir el Evangelio con los jóvenes

Los delegados diocesanos de Cataluña y Baleares constatan signos de esperanza en la Pastoral Juvenil

(Vida Nueva) Cómo ha de ser anunciado el Evangelio de Jesús en la nueva realidad que viven los jóvenes de hoy? A este interrogante quisieron dar respuesta las jornadas de trabajo que los delegados diocesanos de Pastoral de Juventud de Cataluña y Baleares celebraron, como ya es habitual, en la Casa de la Iglesia de la Academia Mariana de Lleida, entre el 27 y 28 de junio.

Josep Antoni Jové, vicario episcopal de Pastoral, y Joan Pujol, consiliario de la delegación de Lleida, en nombre del obispo, anunciaron la prioridad diocesana por la Pastoral con jóvenes. Por esa razón, el encuentro estuvo centrado en la valoración de la tarea realizada desde el final del ‘Aplec de l’Esperit 2007′, celebrado en Tarragona y que congregó a miles de jóvenes cristianos; los proyectos y el calendario de iniciativas interdiocesanas; y el trabajo evangelizador de ­frontera.

Con objeto de abordar esta última cuestión, se acercó una representación de la interdiocesana de jóvenes del País Vasco, ya que guarda muchas similitudes con Cataluña en aspectos como el fenómeno de la secularización y la increencia.

La metodología de trabajo presentada por Ramón Prat, director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Lleida y profesor de Teología Pastoral en la Facultad de Teología de Cataluña, canalizó la reflexión de los delegados sobre los nuevos momentos y las nuevas generaciones, los cambios en la realidad, la secularización y las nuevas tecnologías, o la pluralidad y diversidad en los valores.

Para ilustrar la realidad, Jordi Callejón, Mikel Iraundegi, Álvaro Chordi y Toni Román presentaron cuatro monografías sobre la labor que se está desarrollando en sus diócesis, Girona, San Sebastián, Vitoria y Barcelona, que sitúan a sus iglesias locales en dinamismo misionero y de primer anuncio entre los jóvenes. Gracias a sus ponencias se pudo constatar la enorme dificultad para conectar con ellos, pues viven en un mundo distinto al de la Iglesia, a pesar de todos los esfuerzos que las diócesis están llevando a cabo.

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Espíritu optimista

Sin embargo, el espíritu optimista predominaba entre todos los asistentes, pues viven estos tiempos recios como “una oportunidad en la que el Espíritu está invitando a contemplar y reflexionar críticamente la realidad, desde una espiritualidad profunda y con una mirada larga”. Esto no impide su urgencia evangelizadora, pues en ellos se descubre mucha fe en Dios y en los jóvenes, que se está acompañando desde la misericordia de Dios para ser “Iglesia útero” y practicando esa pedagogía de Jesús del buen samaritano. En esta misión, el reto de las jornadas fue vislumbrar “cómo decir de modo culturalmente aceptable el Evangelio de Jesucristo en los jóvenes y suscitar su deseo de Dios”.

Teresa Gené, delegada de Solsona, sintetizó los signos de esperanza que habitan en esta pastoral juvenil en estas doce diócesis que se han reunido en la capital de la comarca del Segrià. “Dios sigue hablando y llamando a los jóvenes. Se da una presencia constante en la Iglesia con los jóvenes y la participación espontánea de éstos en los espacios eclesiales. Se transmite una fe más personalizada y comunitaria, donde la experiencia personal de Dios va ocupando un lugar más central. A su vez, se está gestando en varias diócesis un incipiente trabajo en red entre parroquias, colegios y movimientos, y entre diversas diócesis”.

LOS FRUTOS DEL TRABAJO CALLADO

La delegada de Tarragona, Marisa Jiménez, explicó cómo se ha constatado que muchos jóvenes tienen experiencia de Dios a través del trabajo callado que tantos animadores y acompañantes hacen en sus centros pastorales y en los ambientes donde se mueven. “Muchos se sienten queridos por los sacerdotes, religiosos y laicos que evangelizan el mundo juvenil y se abren a la experiencia de Dios”, afirmó Jiménez.

Para los delegados es tiempo de trazar un mapa de intentos y ensayar servicios e iniciativas arriesgadas, netamente evangelizadoras, con audacia y valentía. “Las prioridades que atisban estos delegados consisten en volver a Jesús iniciando en la experiencia de Dios a los jóvenes; generar espacios de referencia juveniles a nivel diocesano o arciprestal; reescribir el Evangelio con los jóvenes; trabajar en red; ayudar a cambiar la atmósfera y creer que otra pastoral con jóvenes es posible con la ayuda de Dios”, según señaló Ramón Prat.

Junto a la presentación del Fórum de Pastoral con Jóvenes, que se celebrará del 7 al 9 de noviembre en Madrid, como colofón al encuentro los delegados celebraron la Eucaristía con la comunidad parroquial de San Ignacio, presidida por el jesuita Joan Sunyol.

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