La Iglesia pide más sensibilidad humana con quienes dejan su país

Obispos de EE.UU., México, Centroamérica y El Caribe, reivindican en Tijuana los derechos del migrante

(Pablo Romo Cedano– México DF) Tijuana se convirtió por unos días en la sede del encuentro de las Conferencias Episcopales de los Estados Unidos, México, Centroamérica y El Caribe. En la capital de la movilidad humana por excelencia, especialistas y obispos discutieron sobre la misión de la Iglesia ante la migración y los derechos de las personas que dejan sus hogares en busca de trabajo y nuevas oportunidades. Tijuana es la ciudad con mayor tránsito fronterizo del mundo. Cincuenta millones de personas pasaron legalmente en 2007 por sus garitas de San Isidro hacia San Diego, o viceversa. Hace 50 años, su población era de poco más de 65.000 habitantes, hoy las cifras oficiales dicen que son 1.400.000; sin embargo, estimaciones independientes afirman que rebasan los dos millones considerando a la población flotante.

El arzobispo de Tijuana y anfitrión del evento, Rafael Romo Muñoz, inauguró los trabajos invitando a abrir los ojos ante la innegable realidad de los que nos dejan no por gusto, sino por necesidad. “Nos gustaría -deseó en su bienvenida- que nuestros paisanos que migran fueran vistos con mayor sensibilidad humana”. “Lo hemos dicho ya en muchas ocasiones que nuestra gente se va para mejorar sus condiciones de vida, no van a delinquir, no hay que tratarlos como criminales”, añadió el también responsable de Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). Romo Muñoz admitió, asimismo, que, “al estar en esta frontera con los Estados Unidos, se pone mucha atención al trato que se les da a los mexicanos por parte de las autoridades norteamericanas, pero no se presta tanta a cómo es el trato de los mexicanos para con los migrantes de Centroamérica, El Caribe y Sudamérica, quienes sufren terriblemente”.

Fenómeno creciente

El obispo auxiliar de Monterrey y presidente de la Comisión Episcopal de Pasto­ral Social de la CEM, Gustavo Rodríguez Vega, por su parte, puso de manifiesto que la migración es un fenómeno que afecta a México y a toda América Latina y, pese a reconocer que “migrantes siempre ha habido y siempre los habrá”, denunció que “estamos ante un fenómeno creciente, donde las violaciones a los derechos humanos se incrementan y afectan a los migrantes y a sus familias”. Y no sólo a sus compatriotas, sino también a los centroamericanos y caribeños, “que tratan de escapar de sus lugares de origen buscando una vida mejor, dirigiéndose a los Estados Unidos, y que en ese camino corren toda clase de peligros, pero también de vejaciones en sus derechos. Eso es para nosotros motivo de gran preocupación”. Por todo ello, es oportuno “que la Iglesia renueve su voz a favor de la solidaridad con los migrantes”, porque “no se trata sólo de evitar las injusticias -advirtió el prelado-, sino de crear mejores condiciones para que los pobres eviten emigrar”.

Finalmente, el nuncio en México, Christophe Pierre, urgió a respetar los derechos de los migrantes y recordó las palabras de Benedicto XVI en su visita a los Estados Unidos, cuando destacó la aportación de los inmigrantes hispanos a la Iglesia y a la sociedad del país. Aunque la Iglesia no tiene todas las soluciones, “no puede permanecer indiferente ante el sufrimiento de los migrantes, debe integrar en su misión una respuesta que dé cuenta de los retos que ellos nos presentan”, pidió el representante papal.

Los tres días que duró el encuentro episcopal contribuyeron a unificar visiones de un lado y del otro de las fronteras entre los pastores y a fortalecer estrategias de acción conjunta.

MERCOSUR CONDENA LA ‘DIRECTIVA DE RETORNO’ DE LA UNIÓN EUROPEA

(Vida Nueva) La XXXV Cumbre del MERCOSUR, reunida en Tucumán (Argentina), difundió el 1 de julio una declaración en la que condena la Directiva de Retorno, aprobada el 18 de junio por el Parlamento Europeo, y pide a la Unión Europea (UE) que reflexione sobre su posición a fin de garantizar los derechos humanos de los migrantes. En ella se insta a los ministros de Relaciones Exteriores a adoptar las medidas necesarias para que consulados, secciones consulares y embajadas resuelvan los problemas que pueda ocasionar la Directiva y se denuncia que la medida es contraria a la propia normativa europea sobre el derecho humanitario.

Desde MERCOSUR recuerdan también que dicha normativa constituye una contradicción con la histórica hospitalidad de los pueblos sudamericanos y reivindican “el aporte positivo de nuestros migrantes connacionales en todos los países de destino de la UE, tanto en el plano social y cultural como en el económico”.

Compartir