La Iglesia de Japón quiere solucionar la división causada por el Camino Neocatecumenal

(Vida Nueva) En el nº 3.955 del semanario católico japonés Katorikku Shinbun, de fecha de 18 mayo de 2008, destacaba el siguiente titular: “Solucionar la confusión y escisión. Cuatro obispos denuncian ante el Papa la situación actual”. Se refería a la situación creada por el seminario Redemptoris Mater del Camino Neocatecumenal en Japón, una “tarea pendiente desde hace más de veinte años” que se evidenció el pasado 25 de abril.

Ese día, durante una entrevista de una hora con Benedicto XVI, el arzobispo Okada, titular de Tokio y presidente de la Conferencia Episcopal Japonesa; el arzobispo Takami, de Nagasaki; el arzobispo Ikenaga, de Osaka; y el obispo Mizobe, de Takamatsu, expusieron al Papa el problema que viene arrastrando el Episcopado nipón por la división en la diócesis de Takamatsu a causa de dicho seminario.

El Camino Neocatecumenal llegó a Japón en 1973. Con motivo de irregularidades en los trámites para la adquisición de la propiedad donde establecer su seminario, surgió un problema que llevó al obispo anterior, Fukabori, a un pleito civil, que ha supuesto años de división dentro de la diócesis.

En febrero de 1992, el Episcopado convocó una Asamblea extraordinaria para hablar del problema que originaba a la Iglesia en Japón la creación de un seminario Redemptoris Mater, concluyendo que no era una institución apropiada para formar sacerdotes diocesanos para el país. Un informe de 1993 de la Comisión ejecutiva se quejaba de la falta de cooperación con los obispos locales y de la división provocada en la Iglesia de Japón entre quienes pertenecen al Camino Neocatecumenal y el resto de los feligreses en algunas parroquias.

Los cuatro obispos decidieron personarse en el Vaticano para informar directamente al Papa de la situación y solicitarle que intervenga; en la reunión se corroboró que el Pontífice desconocía los informes enviados a Roma estos años. Para Mizobe, ha sido la novena vez que va al Vaticano a causa de este problema, desde que en 2004 fue nombrado obispo de la diócesis de Takamatsu con el encargo de promover reconciliación, pero ésta no llegará mientras no se resuelva el problema del seminario. El arzobispo Takami insiste en que esta vez el informe se ha entregado en propia mano al Papa, haciéndole ver que son los obispos de forma unánime quienes desean evitar la escisión provocada en la Iglesia.

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