Fouad Twal: “Tierra Santa espera la hora de su liberación”

El arzobispo jordano ha tomado posesión del Patriarcado Latino de Jerusalén

(María Gómez) Esta tarde, Fouad Twal, el nuevo patriarca latino de Jerusalén, hará su entrada solemne en la Basílica de la Natividad de Belén. Será su cuarta gran celebración en lo que va de semana, desde que el sábado 21 de junio recibiera el báculo pastoral de manos de su predecesor, Michel Sabbah, quien cumplió los 75 años el pasado 19 de marzo.

Durante una misa de acción de gracias en la Basílica de las Naciones de Getsemaní, Sabbah dio las gracias a los fieles, los sacerdotes y los religiosos y religiosas por su colaboración en sus 20 al frente del Patriarcado, en la línea de su última carta pastoral. Y no se quiso despedir sin alentar a la comunidad: “Nuestros cristianos tienen que librarse de todo complejo de debilidad o de miedo, bien sea a causa del pequeño número o por cualquier otra razón”. “La senda es difícil. Y nosotros estamos llamados a vivir una vida difícil -continuó-. Pero eso no quiere decir que estamos llamados a someternos al fatalismo del mal que nos cierne”.

Antonio Franco, nuncio y delegado apostólico, leyó un mensaje de Benedicto XVI en el que agradece a Sabbah su entrega en estos años difíciles para Tierra Santa, expresada “sin distinción de pertenencia religiosa o social”.

Al día siguiente, los fieles acogieron con los brazos abiertos a Fouad Twal, en su toma de posesión en la iglesia del Santo Sepulcro, a la que asistieron, entre otras autoridades, el cardenal John Patrick Foley, Gran Maestro del Orden del Santo Sepulcro, y el Custodio de Tierra Santa, Pierbattista Pizzaballa, ofm. Sus palabras fueron muy parecidas a las de Sabbah y en ellas dio buena muestra de su sensibilidad para con las inquietudes de los cristianos de la región: “Tu muerte, Señor, sigue realizándose en nosotros y en cada persona que sufre, que es perseguida, que tiene miedo o que está errante. Nuestro pueblo de Tierra Santa, como todos los pueblos de Oriente Medio, no cesa de gemir y de sufrir esperando la hora de su liberación, la hora de su resurrección, pues su Vía Crucis continúa aún”. Sin embargo, quiso enviar un claro mensaje de ánimo: “Sabemos que es corta la distancia de la muerte a la Resurrección. Es por esto que no hay razón por la cual tener miedo”.

Diplomático de carrera

Nacido en Madaba (Jordania) el 23 de octubre de 1940, Fouad Twal ha desempeñado la mayor parte de su ministerio en la diplomacia vaticana. En 1972 comenzó sus estudios de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma, y en 1974 ingresó en la Academia Pontifica Eclesiástica, ‘escuela de nuncios’, siendo él único árabe en aquellos años. Desde entonces, ha pasado por las nunciaturas de Honduras, Egipto, Alemania y Perú, además de trabajar en la Secretaría de Estado de la Santa Sede en cuestiones relativas a África. En 1992 fue nombrado obispo de Túnez, ha sido presidente de la Conferencia Episcopal Regional del Norte de África, y los últimos tres años ha sido el arzobispo coadjutor del Patriarcado latino de Jerusalén.

Todo este bagaje le será muy útil en su nueva responsabilidad, que ha ejercido desde el primer momento. En su homilía de entronización, Twal hizo un triple llamamiento: a los jefes de las naciones en conflicto, para que tengan “la valentía de encontrar las soluciones justas, para que vivamos en paz y en seguridad”; a la comunidad internacional, para que “ayude a las poblaciones de la región a tomar decisiones justas”; y a los fieles de las otras religiones y confesiones, para que “continuemos profundizando nuestro diálogo”.

“Nosotros somos los hijos de esta tierra, somos los hijos del Vía Crucis y del Gólgota, pero somos al mismo tiempo los hijos de la luz, de la alegría y de la Resurrección. Seremos la voz que anuncia la felicidad y la paz venideras; la voz que denuncia y combate la injusticia, el odio y la intriga; y la voz que empuja el grito de liberación”, reiteró el lunes 23, en la iglesia del Santo Sepulcro, en su primera homilía ya como patriarca.

“Hay que acabar con el muro”

En una interesante entrevista publicada por el Patriarcado Latino de Jerusalén, Fouad Twal da las claves de lo que pretende desde su nuevo cargo: “Ante todo, yo quiero ser obispo. Quiero subrayar el aspecto pastoral y espiritual de nuestro Patriarcado, de nuestras parroquias, de las comunidades religiosas y de los peregrinos que llegan”. Y sigue: “También es cierto que no puedo olvidarme de que todo lo que afecta a la persona atañe a la Iglesia. Me concierne la política en la medida en que afecta a la vida de las personas, a su dignidad y seguridad”. En ese sentido, defiende la creación del Estado palestino, tal y como declaró a Radio Vaticano: “No queremos más limitarnos a sobrevivir, mendigando toda nuestra vida”, porque “es una gran humillación. Necesitamos un horizonte político, un proyecto”, para lo cual “hay que acabar con el muro”.

El Patriarcado comprende los territorios de Jerusalén, Palestina, Jordania, Israel y Chipre, y agrupa a unos 80.000 cristianos. Precisamente, Twal encuentra la dificultad de su tarea en “decir una palabra adecuada. Porque el obispo es de todos, absolutamente de todos”, pero no todos comparten “la misma sensibilidad ni tienen el mismo punto de vista sobre el conflicto”.

Fouad Twal quiere sembrar “la alegría de vivir en cristiano. Tierra Santa es un país que nos enseña a ser pacientes“. “Ante la complejidad de las situaciones, hay que acoger, escuchar, sembrar, conocer los puntos de vista…”, concluye.

El 11 de julio realizará su entrada solemne en Amman (Jordania).

Más información próximamente en el nº 2.619 de Vida Nueva.

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