El obispo Alberto Serrano pide que se frene la violencia post-electoral en Zimbabwe

(M. Gómez) Zimbabwe está sumida en un panorama de grave tensión y violencia casi dos meses después de las elecciones generales, el pasado 29 de marzo, dividida entre los partidarios de Mugabe, que lleva 28 años en el poder y se resiste a abandonarlo, y los del opositor Tsvangirai, que obtuvo la mayoría simple en los comicios.

Ante el clima continuado de conflicto (las cifras arrojan ya un balance de 42 muertos), el obispo de la diócesis de Hwange, Alberto Serrano ha enviado una carta a sus fieles en la que agradece “la calma y la paciencia que habéis demostrado”, si bien lamenta que se haya debilitado el espíritu de concordia de la comunidad “por causa de la intolerancia, el miedo, la intimidación, el abuso de poder y la búsqueda de la venganza”. Por eso el obispo español, miembro del IEME, hace un llamamiento para frenar “toda forma de violencia y extender la caridad, el perdón y la tolerancia a todos los miembros de la comunidad, sea cual sea su afiliación. Como Iglesia estamos llamados a sanar, a reconciliar, a animar y transmitir esperanza”, alienta en su mensaje, enviado a principios de mayo y difundido por el servicio de noticias OMPress.

La situación actual “crea un vacío peligroso que podría conducir a la desintegración total de la nación y representa una amenaza para la unidad de la Iglesia”. Así lo afirma un informe del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y la Conferencia de Iglesias de Toda África (AACC) en el que se asegura que las elecciones de marzo estuvieron “muy lejos de ser libres y justas”. Ambos organismos ecuménicos, que enviaron una misión conjunta de observadores, consideran que el pueblo zimbabuense “expresó su voluntad el día del voto” y que esa voluntad “debe mantenerse y respetarse”. Según el informe, entre los factores que han contribuido a frustrar las elecciones de marzo están “la violencia, la intimidación y el enfrentamiento radical”, así como el uso de los alimentos como “instrumento político” por parte del Gobierno, la parcialidad de los medios de comunicación o la falta de transparencia. Además, hay un llamamiento a las Iglesias del país para que “hablen y sean escuchadas” y “que ofrezcan un liderazgo al pueblo de Zimbabwe”. El 27 de junio está prevista una segunda vuelta de las votaciones.

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