La convivencia entre chilenos pasa por el respeto a la persona

Los obispos, reunidos en Asamblea, reclaman diálogo y consenso ante las elecciones municipales de octubre

(Marina de Miguel) El presente se puede vivir de otra manera, de una manera nueva, cuando se tiene esperanza”. El mismo aliento que Benedicto XVI imprimió a su encíclica Spe Salvi se percibe en el mensaje La persona y su dignidad humana, base de nuestra convivencia, con el que los prelados de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) –a excepción de monseñor Sixto Parzinger, obispo de Villarrica, ausente por un problema de salud– dieron por concluida la 95ª Asamblea Plenaria, celebrada el pasado mes de abril en Punta de Tralca.

Preocupados por el deterioro de la convivencia y los signos de violencia en el hogar, los colegios y la ciudad en general, situación que “se extiende peligrosamente a la arena de la discusión pública, en un año de elecciones”, los prelados piden respeto por las personas y por las instituciones.

“A la luz de este principio fundante de toda convivencia social, nos preocupa el clima beligerante y el fuerte tono que se apodera del debate político, que puede afectar seriamente la orientación al bien común de la actividad y los proyectos públicos”, apostillan los pastores, criticando el nivel de descalificaciones personales y de agresión verbal exhibidos por algunos actores políticos, una actitud que “no se corresponde con la responsabilidad que la ciudadanía les ha confiado”.

De la misma manera, consideran “arbitraria la costumbre de diversas autoridades y dirigentes políticos de evaluar positivamente a las instituciones cuando sus decisiones son de su agrado, y de rechazar su legitimidad, amenazar con destituciones y aun convocar a desconocer sus decisiones cuando no lo son”. En este sentido, piden el suficiente apoyo y libertad para que la Contraloría General de la República y el Tribunal Constitucional desempeñen sus funciones.

La defensa de la vida cobra protagonismo en el texto episcopal, al refrendar el posterior fallo del Tribunal Constitucional sobre la distribución y recomendación en el sistema público de salud de la “píldora del día después”. “Nuestro compromiso con la vida humana nos llama a rechazar  tanto su distribución en el sistema de salud pública como su comercialización en las farmacias”, recalca la jerarquía católica. Por eso pide al Estado que “promueva políticas públicas coherentes con el derecho a que se respete la vida, que es sagrada” y llama a la comunidad católica a “promover, posibilitar y apoyar actitudes y conductas que reflejen el amor y respeto por la vida”.

SUPERAR LA CRISPACIÓN

“Superar la ‘crispación’ de la política y la violencia verbal, recuperando para la política su finalidad propia que es el bien común, en un clima de amistad cívica resulta fundamental por el escenario electoral que se avecina”, propone la CECh ante las elecciones de octubre. Esta llamada es extensible tanto a los políticos, para que ofrezcan un debate a la altura, como a los votantes, que deben informarse adecuadamente antes de decidir.

La convivencia, en opinión de la Plenaria, también debe reinar entre las distintas opciones políticas: “Los ciudadanos quieren ver a sus dirigentes, de los diferentes partidos políticos, dialogando para solucionar los grandes problemas, y no en permanente disputa y descalificación”. Junto a ello, ve necesario que se dignifique el servicio público.

“Sobre todo hoy, cuando el país enfrenta una difícil situación  económica y energética, que se traduce en un alza de precios de bienes y servicios que golpea duramente los sectores más modestos, resulta incomprensible que algunas personas no cumplan de manera responsable sus tareas de servicio público o, peor aún, que abusen de sus cargos públicos  o privados para obtener dividendos económicos, escalar en posiciones de privilegio o ejercer influencias ajenas al nivel ético que la sociedad exige”. Frente a estas irregularidades, los prelados abogan por la probidad y la transparencia, sobre las que se erige la confianza pública.

Finalmente, desde este nuevo clima, la CECh propone que se resuelvan las dificultades que enfrentan los sectores más pobres del país, y “que continúan como una lista de asuntos pendientes”, aseguran. Aunque reconocen las iniciativas realizadas, asumen que aún hay obstáculos, que precisan especial atención, en las demandas energéticas o los temas indígenas.

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