El SIDA, un desafío pastoral para la Iglesia mexicana

La Conferencia del Episcopado se reunió en Asamblea Plenaria del 31 de marzo al 4 de abril

(Pablo Romo Cedano-México DF) Profundizar y asumir la Nueva Evangelización con los desafíos e interpelaciones del país en el espíritu de Aparecida para impulsar en México una Iglesia de discípulos y misioneros”. Éste fue el objetivo fundamental de la LXXXV Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), celebrada entre los días 31 de marzo y 4 de abril en Cuautitlán.

En la apertura del encuentro, el presidente de la CEM, Carlos Aguiar Retes, invitó al centenar largo de obispos participantes a una seria reflexión sobre los acontecimientos por los que atraviesa el país a la luz del Evangelio. El obispo de Texcoco recordó que “la libertad presupone que en las decisiones fundamentales cada hombre y cada generación tenga un nuevo inicio”. Y añadió que “cada generación tiene que hacer aportaciones propias para establecer ordenamientos convincentes para hacer el bien y que den garantías para el futuro”.

Durante la misma Asamblea, en la que se pudo evaluar el trabajo de las distintas Comisiones de la CEM, el 2 de abril los obispos recordaron el tercer aniversario de la muerte de Juan Pablo II, cuya figura y obra impulsaron la “nueva evangelización” en América Latina. Asimismo, se celebró la elección de Benedicto XVI y la nueva etapa iniciada en la historia de la Iglesia, acontecimientos que el nuncio apostólico, Pierre Christophe, quiso subrayar ofreciendo una recepción a los participantes.

Entre los pronunciamientos emitidos en la Asamblea, destaca el realizado por los cinco obispos de Chiapas, en el que reconocen y agradecen la liberación de 137 presos “políticos y de conciencia” que se encontraban en las cárceles chiapanecas y que fueron liberados a raíz de una huelga de hambre iniciada por un joven indígena chamula.

Interesante documento

El jueves día 3, la Presidencia de la CEM presentó a la Asamblea un interesante documento titulado Atención Pastoral a nuestros hermanos y hermanas que viven con VIH y sida. En él se afirma que la epidemia del sida “es una de las más enormes crisis de salud, seguridad y desarrollo humano que haya enfrentado el planeta”. Los obispos reconocen que “el VIH y sida se ha convertido en una emergencia global… El VIH no es simplemente un virus que ataca al sistema inmunológico de las personas, el VIH y sida es un problema social complejo, con implicaciones no sólo para quienes viven con VIH o sida”. De igual forma, aseguran que es indispensable el “acceso universal a los medicamentos antirretrovirales”.

El sufrimiento de millones de personas por el sida no pasa inadvertido para la Iglesia, por lo que los prelados impulsarán la campaña Esperanza de la Vida, con la que se quiere contribuir a la lucha contra el estigma y la discriminación.

La Asamblea concluyó el viernes 4 de abril con un Mensaje de los Obispos de México al Pueblo de Dios, en el que, “en espíritu de humildad y gratitud”, ofrecen “respetuosa y gozasamente” su mirada de pastores para reafirmar el compromiso de su “misión evangelizadora a favor de nuestra Patria”.

EL CARDENAL SANDOVAL SOLICITA SU RETIRO

Habiendo cumplido el pasado 28 de marzo los 75 años de edad, el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo de Guadalajara solicitará al Papa su retiro. Así lo anunció primero en una entrevista exclusiva para la revista de personajes y moda Quién y después lo reiteró en el contexto

de la reciente Asamblea Plenaria de la CEM.

Nacido en el seno de una familia numerosa (eran diez hijos) y muy humilde de Yahualica (Jalisco), Sandoval ingresó en el Seminario de Guadalajara al término de la II Guerra Mundial. Tras estudiar Humanidades y dos años de Filosofía, cursó la Teología en la Roma preconciliar, donde fue ordenado sacerdote el 27 de octubre de 1957. Él mismo comenta con tristeza en la citada entrevista con Quién, que sus padres no pudieron acompañarlo porque no tenían dinero. Cuatro años después regresó a México y, siendo ya rector

del Seminario de Guadalajara, fue nombrado obispo coadjutor de Ciudad Juárez el 8 de marzo de 1988, en medio de las tensiones que el arzobispo titular, Manuel Talamás Camandari, vivía con el Gobierno mexicano

y con el entonces nuncio apostólico, Girolamo Prigione, por su firme protesta contra el fraude electoral.

Visitador Apostólico de los seminarios diocesanos para preservar la ortodoxia

de la formación de los futuros sacerdotes, Juan Sandoval participó en la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Santo Domingo (1992), y dos años después sustituyó al asesinado cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en la tercera ciudad más importante del país. A los cinco meses, fue creado cardenal por Juan Pablo II.

Su ministerio episcopal, tanto en Ciudad Juárez como en Guadalajara, ha estado salpicado de serios enfrentamientos verbales con grupos muy diversos, generando polémicas y escándalos: desde los colectivos homosexuales hasta los grupos de defensa de los Derechos Humanos, pasando por los periodistas o quienes investigan el homicidio de su predecesor, sin olvidar su propio estilo de vida.

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