Madrid vuelve a recordar a Tarancón

El Arzobispado organiza un acto en el centenario del histórico líder eclesial

(José Lorenzo) Un cuarto de siglo después de que mil sacerdotes le despidieran en el salón de actos del Seminario de Madrid al acabar su pontificado como pastor de esa archidiócesis, el mismo lugar volvió a reunir el pasado 31 de marzo a algunos de aquellos sacerdotes y a un buen número de seminaristas y admiradores del cardenal Vicente Enrique y Tarancón en un acto académico organizado por la  Facultad de Teología San Dámaso para homenajear al “cardenal del cambio” con motivo del centenario de su nacimiento, en 1907.

Presidido por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, el peso del acto recayó en Fernando Sebastián, colaborador “oficioso” del purpurado de Burriana durante años cruciales para España, y del que el arzobispo emérito de Pamplona esbozó un “retrato impresionista”.

Comenzó Sebastián reconociendo su “admiración y afecto” por Tarancón, con quien “la Iglesia y la nación española tendrán siempre una deuda de gratitud”.

“Hombre de entera confianza en España de Pablo VI”, Sebastián aseguró que la Guerra Civil “marcó definitivamente” a Tarancón, quien, “desde los primeros años” del gobierno de Franco barruntó “que no era bueno que la Iglesia quedase tan unida al régimen”. A sabiendas de que lo que iba a decir no era “políticamente correcto”, recordó que Tarancón profesaba cierta admiración por la figura de Franco, como puso de manifiesto en un primer funeral privado oficiado por él en El Pardo a la muerte del dictador. Asimismo, también ‘deconstruyó’ un tanto la imagen recogida por los medios de comunicación sobre Tarancón, al afirmar que “D. Vicente no era lo que se llama un hombre progresista”. En todo caso, el análisis que efectuó Sebastián dejó bien a las claras la altura pastoral y moral de Tarancón en una época muy difícil, aun cuando el arzobispo aragonés no vea del todo conjurados los riesgos que hay en España para la convivencia. “El Cardenal –apuntó Fernando Sebastián– no podría comprender cómo y por qué hoy desde la izquierda se nos dice que la Iglesia es un peligro para la democracia, y las izquierdas, que entonces aceptaron como una buena solución la condición del Estado, hoy insisten en la necesidad de implantar un Estado positivamente laicista, inspirado en la desconfianza hacia el cristianismo”.

Por su parte, el cardenal Rouco, en sus palabras de clausura, ponderó como especialmente válidos también para los tiempos de hoy, entre otros, el servicio que Tarancón hizo a la reconciliación, “servicio que sigue siendo uno de los capítulos más urgentes e importantes de la actualidad española, y creo que más difícil ahora”, señaló. Asimismo, recordó a propósito del homenajeado “la importancia que tiene la memoria histórica dentro de la vida de la Iglesia”, consciente de que buena parte de los numerosos jóvenes seminaristas presentes apenas si habían oído hablar de Tarancón. Es más, algunos (pocos, eso sí), decidieron dejarlo para mejor ocasión y se enfrascaron con disimulo en las lecturas obligatorias para las clases del día siguiente.

Compartir