Benedicto XVI ultima su encíclica social, ‘Caritas in veritate’

Durante su descanso en Castelgandolfo, además, recuerda el mensaje de esperanza que dejó Juan Pablo II

(Antonio Pelayo-Roma) Benedicto XVI ha pasado una semana de reposo total en Castelgandolfo, adonde llegó el Domingo de Pascua, hasta la tarde del Domingo de la Divina Misericordia, día 30. Lo de “reposo total” puede deducirse de su agenda pública: en estos días no ha habido audiencias oficiales –salvo la del miércoles 26 en la Plaza de San Pedro ante miles de peregrinos– ni las habituales de despacho con sus más estrictos colaboradores.

Cabe suponer, sin embargo, que el Papa ha dedicado esta pausa para dedicarse a otros trabajos más personales, en concreto, la preparación de su importante viaje a los Estados Unidos (15-20 de abril), la redacción del segundo volumen de su Jesús de Nazaret, que –según indiscreciones –estaría ya en su fase final, y los últimos toques a la que será la tercera encíclica de su pontificado. Sobre ésta, las noticias no son del todo concordantes. Hace ya algunas semanas, el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, pareció inclinarse hacia tiempos algo más largos, en lo que se refiere a su publicación, que los indicados por algunos medios de información que la anunciaban para la Pascua. Queda descartado –dicen otros– que se haga pública en plena vigilia electoral en Italia (los comicios son el 13 y 14 de abril) ni antes de la visita a Washington y ­Nueva York, en cuyos discursos (especialmente el que pronunciará ante las Naciones Unidas) será posible encontrar trazas de sus pronunciamientos sobre diversas cuestiones de máxima actualidad.

Las últimas informaciones que podemos considerar fundadas han adelantado ya su título, Caritas in veritate, y su estructura. Tras un recuerdo y valoración de la Populorum Progressio (1967) de Pablo VI y de la Centesimus Annus (1991) de Juan Pablo II, la tercera encíclica firmada por Joseph Ratzinger tendrá cuatro capítulos, y su tema central será el papel social de los cristianos en un mundo caracterizado por la globalización. Las fechas de publicación dependen en buena parte de la delicada tarea de la traducción del texto a las diversas lenguas, entre las que figurarán el árabe y el chino; hay quien supone que no se dará a conocer hasta después del verano.

De vuelta al Vaticano, sus primeras actividades públicas coincidían con el tercer aniversario de la muerte de su predecesor en la silla de Pedro, el inolvidable e inolvidado Karol Wojtyla. El 2 de abril, el Papa presidía en San Pedro una solemne misa en sufragio de Juan Pablo II (de la que daremos amplia información en el próximo número). Ésa era la apertura del I Congreso Apostólico Mundial de la Divina Misericordia, organizado por el arzobispo de Viena, cardenal Christoph Schönborn, y cuyas sesiones se desarrollaban en Roma del 2 al 6.

Herencia acogida

A este tema dedicó el Pontífice su alocución de la Dominica in Albis, el domingo 30, antes del Regina Coeli: “El largo y multiforme pontificado de Juan Pablo II tiene aquí su núcleo central; toda su misión al servicio de la verdad sobre Dios y sobre el hombre y de la paz en el mundo se resume en este anuncio, como él mismo dijo en Cracovia, Lagiewniki, en el 2002 inaugurando el Santuario de la Divina Misericordia: ‘Fuera de la misericordia de Dios no existe ninguna otra fuente de esperanza para los seres humanos’. Su mensaje, como el de santa Faustina Kowalska, nos vuelve a llevar al rostro de Cristo, suprema revelación de la misericordia de Dios. Contemplar constantemente ese rostro: ésa es la herencia que nos ha dejado y que nosotros acogemos con alegría haciéndola nuestra”.

Durante la semana de Pascua ha continuado la polémica suscitada por el bautismo, en la Vigilia Pascual, del hasta entonces musulmán, el periodista egipcio del Corriere della Sera Magdi Allam (VN nº 2.606). Las reacciones han sido de todos los colores y han provenido de todos los ángulos del planeta. En Italia, expresaron su respeto exponentes de la comunidad musulmana como el ex embajador Mario Scialoja, convertido a su vez a la fe musulmana, que la calificó de “libre opción que hay que respetar”. “Lo importante es que cada uno viva su religiosidad en paz, respetando a los otros”, comentó el imán Ezzedim el Zir, portavoz de la Unión de Comunidades Islámicas Italianas.

Sin embargo, otro exponente de los musulmanes de este país, el imán Yahya Pallavicini, aseguró: “No es necesario, para demostrar amor a Jesús, renegar de la propia fe en el profeta Mahoma”. Por su parte, el director de L’Osservatore Romano, Gian Maria Vian, escribía que en la decisión del Papa de bautizar a Magdi Allam no había que ver “ninguna voluntad de intenciones hostiles contra una gran religión como la islámica”.

La reacción más importante ha sido la emitida por Aref Khalid Nayed en nombre de los 138 dignatarios e intelectuales musulmanes que en octubre de 2007 enviaron al Papa y a otros dirigentes religiosos una carta invitándoles al diálogo, bajo el lema Una palabra común para vosotros y nosotros. En un comunicado, se calificaba de “deliberado y provocativo el bautismo de Magdi Allam en una ocasión tan especial y de forma tan espectacular”. Más adelante, insistían en definirlo como un “instrumento triunfalista para marcar puntos” y se deslizaban en otros ataques al neo-converso, así como a las escuelas cristianas que funcionan en los países árabes como plataformas de proselitismo (Allam fue alumno de los salesianos en El Cairo).

Ante la subida de tono de los comentarios, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede intervino el jueves 27 afirmando categóricamente que “acoger en la Iglesia a un nuevo creyente no significa aceptar todas su ideas y posiciones, sobre todo en temas políticos o sociales”. Tras aclarar que la Iglesia se limita, en un caso como éste, a reconocer que el catecúmeno “ha acogido libre y sinceramente la fe cristiana en sus puntos fundamentales expresados en la profesión de fe”, el P. Federico Lombardi añadía que eso no suponía en ningún modo que no tenga “el derecho de expresar sus propias ideas, que son ideas personales, sin que se conviertan en modo alguno en expresión oficial de las posiciones del Papa o de la Santa Sede”. A renglón seguido, el jesuita aseguraba que se mantenía intacta la voluntad del Vaticano de proseguir su diálogo con los musulmanes a pesar del incidente y de “episodios que pueden ser objeto de malentendidos”.

Por su parte, el mismo Allam (que ahora firma con su nombre completo, Magdi Cristiano Allam), en una nueva carta al director de su periódico, publicada el 29 de marzo, aclaraba que en modo alguno pretendía “dictar la línea al Papa o politizar mi bautismo”, pero se reafirmaba en sus críticas a quienes han pedido su muerte por apostasía y a quienes “me han parangonado con los extremistas islámicos que me han condenado a muerte por haber expresado un juicio radicalmente negativo sobre el Islam”. “Una amplia formación de cristianocomunistaislámicos, adoradores del relativismo ético, cultural y religioso como de lo políticamente correcto –añade– habrían deseado que limitara mi denuncia al terrorismo islámico pero que mantuviese una valoración, sea como sea, positiva del Islam”.

Hay más musulmanes

En este contexto, se ha hecho pública la noticia de que por primera vez el número de musulmanes ha superado al de católicos. La fuente no es sospechosa, puesto que los datos son del Anuario Pontificio, la muy oficial publicación vaticana que año tras año ofrece, entre otras muchas informaciones, las cifras de fieles católicos. En su última edición, con los datos de 2006, se afirma que los musulmanes son 1.322 millones (19,2% de la población mundial), mientras los católicos son 1.130 millones (17,4%).

Monseñor Vittorio Formenti, director del Anuario, matizaba, sin embargo: “Nosotros sólo podemos garantizar nuestras investigaciones estadísticas, fundadas en métodos científicos. Los datos provenientes del mundo islámico se basan en estimaciones que tienen en cuenta sobre todo el crecimiento de las poblaciones musulmanas. Es también verdad que mientras que las familias islámicas, como es sabido, continúan procreando muchos hijos, las cristianas, por el contrario, tienden a tener siempre menos”.

Por último, el 12 de marzo hacía su primera aparición pública el nuevo Príncipe y Gran Maestre de la Orden de Malta. Frey Matthew Festing, inglés de 58 años, fue elegido en sustitución de Frey Andrew Bertie, fallecido el pasado febrero. Festing, como Gran Prior de Inglaterra desde hace 15 años, ha conducido misiones de asistencia humanitaria en Bosnia, Serbia, Croacia y Kosovo.

URGE “PASIÓN APOSTÓLICA”

Benedicto XVI recibía en audiencia, el lunes 31, a los participantes en el 26º Capítulo General de los salesianos. El Papa subrayó la “pasión apostólica” que “es urgente alimentar también hoy en el corazón de cada salesiano” para “identificar las nuevas necesidades de los jóvenes”, y les animó a “formar laicos con corazón apostólico” y abrir la pastoral juvenil a las familias. El reelegido Rector Mayor, Pascual Chávez, reiteró la opción de vivir el carisma educativo “intensamente, por el bien de la juventud, como una aportación original a la misión evangelizadora de la Iglesia”.

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