El Vaticano expresa su cercanía al pueblo y la Iglesia de Irak

Tras el secuestro del arzobispo de Mosul, pide más esfuerzos para reencontrar la paz y la seguridad

(Antonio Pelayo-Roma) La voz del Papa el domingo 2 de marzo, después del rezo del Angelus, acusaba una cierta emoción. “Sigo con profunda tristeza –dijo Benedicto XVI ante decenas de miles de fieles– el dramático secuestro de monseñor Paulos Faraj Rahho, arzobispo de Mosul de los Caldeos”. Ya el viernes 29 de febrero, apenas conocida la noticia, la Sala de Prensa de la Santa Sede había hecho público un comunicado en el que se afirmaba que el Santo Padre se sentía “dolorido por este nuevo hecho execrable que golpea profundamente a toda la Iglesia del país y en concreto la Iglesia caldea”.

“Me uno –añadió en su alocución dominical– al llamamiento del patriarca, el cardenal Emmanuel III Delly, y de sus colaboradores para que el querido prelado, que se encuentra además en precarias condiciones de salud, sea prontamente liberado”. Monseñor Rahho, de 63 años, fue raptado el viernes, poco después de haber presidido un vía crucis, por una banda armada de salteadores en esa ciudad del norte de Irak de la que es arzobispo desde el 2001. Los delincuentes ejecutaron a tiros al chófer del arzobispo y a los dos jóvenes guardaespaldas que le acompañaban. Desde entonces están en curso negociaciones con los secuestradores, con los que ha podido entrar en contacto el arzobispo siro-católico de la ciudad, monseñor Basile Georges Casmoussa. Éste no ha querido entrar en detalles, pero se ha ­manifestado “optimista respecto al éxito final de las negociaciones”. Según las informaciones de diversas agencias internacionales, el objetivo de la banda es fundamentalmente económico.

“Expreso también –continuó Benedicto XVI– mi cercanía a toda la Iglesia de Irak y en concreto a la Iglesia caldea, una vez más, duramente golpeadas, mientras animo a los pastores y fieles a ser fuertes y sólidos en su esperanza. Que se multipliquen los esfuerzos de cuantos rigen el destino del querido pueblo iraquí para que, gracias al compromiso y a la sabiduría de todos, reencuentre paz y seguridad y no se le niegue a nadie el futuro al que tiene derecho”.

Por otra parte, el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, que realizaba esos días una visita a Israel, Palestina y Jordania, pudo manifestar personalmente su “cercanía solidaria” a la Iglesia caldea en la persona del patriarca Emanuel III Delly, que había acudido a Amman para saludar al responsable del dicasterio del que depende la Iglesia caldea, así como a un hermano y diversos parientes del arzobispo secuestrado que viven exiliados en Jordania. El sábado día 1, Sandri presidió en la catedral melquita de la capital jordana una misa para pedir la liberación del arzobispo y la paz en Irak, en Tierra Santa y en todo Oriente Medio.

Este episodio, por desgracia, es sólo un exponente más del clima hostil que rodea a los cristianos que viven en ciertos países islámicos; por esa razón, la Santa Sede prosigue sus esfuerzos para avanzar en el diálogo cristiano-musulmán. Los días 4 y 5 de marzo ha permanecido en Roma una delegación de los 138 líderes musulmanes que escribieron una carta al Papa el pasado 3 de octubre por iniciativa del príncipe jordano Ghazi bin Muhammad bin Talaj. En su respuesta del mes de diciembre, el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, anunciaba la celebración de diversos encuentros al más alto nivel entre representantes del mundo islámico y del católico. Para preparar el primero de ellos se han reunido con el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, y algunos de sus colaboradores, como el padre Miguel Ángel Ayuso Guixot, que dirige en Roma el Pontificio Instituto de Estudios Árabes y Orientales.

Multiplicar contactos

El cardenal Tauran precisamente acababa de regresar del Cairo, donde había participado en la reunión anual del Comité Conjunto formado por el Pontificio Consejo y el Comité Permanente de la Universidad Al-Azhar del Cairo para el Diálogo entre las Religiones Monoteístas, y que este año ha estudiado el tema Amor a Dios y amor al prójimo como fundamento del diálogo interreligioso. En una declaración final, ambas partes hacían un llamamiento “a los responsables de los medios de comunicación, escritos o audiovisuales, de todos los países a ser vigilantes para que la libertad de expresión no sea un pretexto para ofender a las religiones, convicciones, símbolos religiosos y todo lo que pueda ser considerado sacro, sino, por el contrario, para oponerse al extremismo, estimular la aceptación mutua, el amor y el respeto hacia todos sin distinción de religiones”.

Siempre dentro de esta “política” de multiplicar los contactos, el secretario de Estado inició el 4 de marzo una visita oficial a Armenia que duraba tres días y en el curso de la cual se entrevistaba en la capital, Ereván, con el presidente de la República, Robert Kocharian, así como con el primer ministro, Serzh Sargsyan, y en Etchmiadzin con Su Santidad Karekin II, Catholicós de todos los armenios.

La visita inicialmente estaba prevista para el 2 de marzo –con apenas tiempo para que el cardenal pudiera reponerse de su largo viaje a Cuba–, pero a consecuencia de las protestas suscitadas por la declaración del estado de emergencia decretado por el gobierno, fue retrasada. Apenas finalizada su estancia en Armenia, el secretario de Estado se dirigía –como ya lo hizo en su día Juan Pablo II– a la vecina República de Azerbaiján, con una población masivamente de religión musulmana.

El jueves día 29 (¡menos mal que hay años bisiestos!) se hizo público un breve documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la validez del bautismo administrado con algunas fórmulas distintas de la prevista en el Ritual Romano. Se trata de dos respuestas a respectivas preguntas sobre si son válidos o no los bautizos en donde se utilice la fórmula “Yo te bautizo en el nombre del Creador, del Redentor y del Santificador” y “Yo te bautizo en el nombre del Creador, del Libertador y del Sostenedor”. La respuesta a la primera pregunta es no, y en consecuencia, en la segunda respuesta se afirma que deben ser de nuevo bautizadas las personas a las que se haya administrado el sacramento con esas frases.

A alguno podría parecerle que las fórmulas citadas son simplemente una excentricidad, pero han sido utilizadas con alguna frecuencia en diversos países anglosajones, y, como afirma el cardenal Urbano Navarrete en un comentario sobre esta cuestión, la materia no permite bromas. “Se trata –afirma el ilustre canonista– de una declaración doctrinal que supone un principio doctrinal objetivamente existente y operante pero no bien conocido subjetivamente por la comunidad eclesial y que es declarado auténticamente por la autoridad del magisterio de la Iglesia con la consecuencia lógica de su obligatoriedad para todos los que en la Iglesia universal operan en el campo de la administración, de la jurisprudencia y de la pastoral”.

Algunas de las consecuencias que se derivan de este mini-documento, siempre según el cardenal jesuita, afectan a los sacramentos de la iniciación cristiana, pero también al del matrimonio con consecuencias sobre su posible disolución o en los procesos para declarar la nulidad matrimonial.

Próximos santos

En un llamado “consistorio blanco” (por oposición al púrpura para la creación de cardenales) el 1 de marzo, el Papa ha sancionado la canonización de cuatro beatos: el sacerdote Gaetano Errico, fundador de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María; la fundadora de la Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora, María Bernarda Butler; la clarisa india Alfonsa de la Inmaculada Concepción, y la seglar Narcisa de Jesús Martillo Morán. Serán canonizados el próximo 12 de octubre.

EE.UU. RATIFICA SU OPCIÓN POR EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO

El 29 de febrero presentó sus cartas credenciales como embajadora de los Estados Unidos ante la Santa Sede la señora Mary Ann Glendon. Esta profesora de Derecho en la Escuela de Derecho de Harvard es una personalidad muy bien conocida en el Vaticano, ya que desde 2004 ha sido la presidenta de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. En el discurso del Pontífice se reconoce la “importancia que dan los Estados Unidos al diálogo interreligioso e intercultural como una fuerza positiva para construir la paz. La Santa Sede está convencida del enorme potencial espiritual que representa la búsqueda del diálogo, en particular para promover la no-violencia y para rechazar las ideologías que manipulan y desfiguran la religión con intenciones políticas y para justificar la violencia en nombre de Dios”.

La profesora Glendon, el octavo embajador de los Estados Unidos ante la Santa Sede (las relaciones diplomáticas se establecieron hace 24 años bajo la presidencia de Ronald Reagan), manifestó su satisfacción por la visita que Joseph Ratzinger realizará a su país el próximo mes de abril (“Se encontrará –le dijo– como entre amigos”). También se refirió al tema del diálogo entre las diversas religiones y aseguró que su país estaba trabajando “para ampliar las numerosas voces que denuncian el uso de la religión para promover la violencia terrorista y para apoyar los esfuerzos de quienes se están activando en favor de una mayor comprensión entre las diversas fes”.

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