Discípulos y misioneros para una Iglesia pobre

El Estado brasileño de São Paulo acogió el 12º Encuentro Nacional de Presbíteros

(Graziela Cruz-Brasil) Unos 450 sacerdotes brasileños se reunieron el pasado febrero, en el 12º Encuentro Nacional de Presbíteros, para reflexionar sobre el papel del sacerdote como discípulo-misionero de Jesucristo en América Latina, desde el Documento de Aparecida. Para el padre José Pietrobom Rotta, presidente de la Comisión Nacional de los Presbíteros (CNP), organizadora del evento, se trata de responder a “la urgencia de redescubrir nuestro espíritu ­misionero”.

En la primera jornada, el historiador de la Iglesia J. Oscar Beozzo analizó la coyuntura eclesial en el actual contexto neoliberal, y recordó que el desafío para la Iglesia es acoger a los excluidos, trabajar con ellos por los cambios sociales, políticos y económicos que pongan fin a su exclusión social. “En esa actitud –dijo– se expresa la opción preferencial por los pobres”. Para Beozzo, el Documento de Aparecida reclama una “Iglesia testigo, fundamentada, iluminada y orientada por la Palabra de Dios; liberadora, ecuménica, abogada de la justicia y consuelo de los pobres; Iglesia de comunidades, inculturada con indígenas y afro-descendientes, en lucha contra la discriminación racial, social, cultural y religiosa”.

Otra importante presencia fue la del cardenal Cláudio Hummes, prefecto de la Congregación para el Clero, quien reconoció a los sacerdotes como “hombres dignos, buenos, generosos, honestos e incansables en entregar todas sus energías a sus ministerios, a la evangelización, en favor del pueblo, en especial de los pobres y marginados”. El purpurado franciscano destacó las dificultades a que se enfrentan, como la pobreza y miseria de gran parte de la población, la falta de recursos y condiciones para la pastoral y el proselitismo de las sectas neopentecostales, con frecuencia anticatólicas.

El cardenal brasileño aludió también a las desviaciones en la conducta moral-sexual, problemas “sobredimensionados por los medios” y que afectan sólo a una pequeña parcela del clero, al tiempo que reafirmó su confianza en los sacerdotes.

Místicos y proféticos

El profesor e investigador en el campo de la misión Paulo Suess recorrió la historia desde el Brasil colonial hasta la actualidad para constatar que “ha crecido la población, pero no el clero para acompañar al pueblo”. La Iglesia necesita misioneros místicos y proféticos, según el P. Suess, para quien “la parroquia debe ser samaritana, la habitación de los pobres, el lugar de la iniciación cristiana, una Iglesia que camina hacia los pobres, acoge a las personas y las envía en misión”.

En el marco del encuentro fue elegida la nueva directiva de la CNP, con el padre Francisco dos Santos al frente, y los participantes aprobaron una carta abierta a todos los sacerdotes de Brasil en la que, a la luz de la Conferencia de Aparecida, ratifican su vocación discipular, misionera y profética.

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