La vida religiosa propone un “gran proyecto” para Europa

En la Asamblea General de la UCESM, se reafirma el compromiso de diálogo, reconciliación y hospitalidad

(María Gómez) Son “hijos de esta Europa de dolorosa historia, con las mismas tensiones, contradicciones y franquezas”, pero también son “portadores de un gran proyecto de espiritualidad y de fraternidad”. Los religiosos y religiosas europeos siguen las huellas de los hermanos que a lo largo de la historia favorecieron el nacimiento de su identidad cultural, humana y cristiana, y “hoy también nosotros queremos contribuir para que Europa no pierda sus raíces profundas”. Pero, ¿qué aporta exactamente la vida comunitaria a Europa?

Fieles a su “pasión por la humanidad”, un centenar de religiosas y religiosos europeos se reunieron en la localidad belga de Torhout, del 11 al 17 de febrero, en la 13ª Asamblea General de la Unión de Conferencias Europeas de Superiores y Superioras Mayores (UCESM), bajo el lema Pasión por Cristo, pasión por la Humanidad, vividas en comunidad. El objetivo: compartir ideas y actividades en un foro de conocimiento mutuo que lleve a una mejor colaboración entre las 38 conferencias nacionales de 26 países que forman parte de la UCESM, y que representan a 400.000 religiosos en toda Europa. En la edición de este año han participado, entre otros, el cardenal Franc Rodé, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; el cardenal Godfried Danneels, arzobispo de Malinas-Bruselas y presidente de la Conferencia Episcopal Belga; el nuncio apostólico en Bélgica, Karl-Josef Rauber; y el secretario general de la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE), Noël Treanor, así como el dominico Jean-Claude Lavigne, teólogo y economista, encargado de la conferencia de apertura.

En su mensaje final, la UCESM asume que Europa es “tierra de grandes posibilidades y de impulsos de solidaridad, de tantas pobrezas con nuevos nombres, proyecto audaz de unidad y encrucijada de individualismos nacionales”, “tierra prometida y muchas veces negada a los pobres que llaman a sus puertas y piden un espacio de esperanza y de justicia”. En este marco, la vida religiosa vivida en comunidad se presenta como “escuela de relación”, “escuela de reconciliación y perdón” y “escuela de hospitalidad, para dar espacio a Dios y a los otros, y escuchar el grito de los excluidos, de los humillados, de los inmigrantes”.

“Creemos que una comunidad evangelizada está llamada a evangelizar. Es una misión que se realiza de modo nuevo: con una presencia humilde, con una colaboración creciente entre los diversos institutos y los laicos, con un lenguaje nuevo de misericordia y de esperanza”, rematan.

Ana María Garbayo, odn, secretaria general de la UCESM, opina que “en el mundo globalizado, la vida religiosa va perdiendo ‘poder’, y esto quizá es una gracia. Mi postura ante el ‘continente de donde partían los misioneros’ –dice esta religiosa a Vida Nueva– es contemplar los continentes donde los misioneros hemos trabajado y descubrir la presencia de la vida religiosa en expansión. Mi postura es dar gracias y continuar la búsqueda, con otros, sobre la manera de anunciar a Jesucristo hoy y aquí, en Europa, abiertos a la esperanza del evangelio”.

Significatividad

A largo plazo, Garbayo querría “comunidades de vida significativas, porque se reza, porque se acoge, porque son frater­nas y están a la escucha de la sociedad hoy”;` y a corto plazo, que sacuda “los miedos que rodean nuestra inseguridad, nuestra posición de segunda línea, y abrir al que llama a nuestras puertas”.

Por su parte, el presidente de la Conferencia española (CONFER), Alejandro Fernández Barrajón, valora la Asamblea como “muy positiva”. “La vida religiosa está viva y se siente convocada a ser estímulo de unidad en medio de la pluralidad que conforma la realidad europea y la misma Iglesia –dice a esta revista–. La fe que compartimos supera toda frontera y nos acerca de manera muy ­profunda”.

UNA MUJER, LA NUEVA PRESIDENTA

Durante la 13ª Asamblea General, la UCESM ha procedido a la renovación de su comité directivo. Lutgarda Craeynest, salesiana y presidenta de la Conferencia belga, ha sido elegida presidenta de la UCESM para los próximos cuatro años, sustituyendo en el cargo al alemán August Hulsmann. Junto a ella estarán el portugués Manuel Gomes Barbosa, scj, como vicepresidente; y como vocales, la polaca Danuta Wrobel, snmpn, y el misionero claretiano español Mariano Sedano, actual presidente de la Conferencia rusa.

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