Taizé: 40.000 jóvenes acudirán al encuentro ecuménico en Ginebra

(Vida Nueva) Ya está todo listo para que Ginebra acoja el tradicional Encuentro Europeo de Jóvenes –se esperan unos 40.000- que organiza anualmente la Comunidad de Taizé, y que reúne a personas de varias confesiones cristianas para “redescubrir la Iglesia como fermento de reconciliación en la familia humana” y para “preparar un porvenir de paz más allá de los muros que nos separan”. En el encuentro los participantes recibirán una carta del hermano Alois, sucesor del hermano Roger –fundador de Taizé-, que tiene como título Carta de Cochabamba y que servirá como base de reflexión durante los días que dure la cita, en especial las cuatro preguntas que figuran al final del escrito, que abordan el tema del diálogo en situaciones de conflicto, el reparto de los bienes, la cercanía con los más necesitados y el perdón.

El programa del encuentro, que se puede consultar ya en varios idiomas en la web www.taize.fr, se abre el 28 de diciembre con la llegada a distintos centros de acogida. Durante los cinco días que se va a prolongar la cita están previstos momentos de oración, de canto, de silencio, encuentros y ocasiones de testimonio. El 1 de enero terminará el programa con una llamada a seguir siendo “semillas de paz y confianza en los propios lugares”.

El papa Benedicto XVI, El patriarca Bartolomé de Constantinopla, el patriarca Alexis II de Moscú, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, han enviado mensajes de apoyo a la comunidad de Taizé. Estos y otros mensajes se encuentran ya en línea.

El papa Benedicto XVI escribe: “Al ir al encuentro del Pueblo de Dios que os acoge, así como en los tiempos de oración y encuentro, sois invitados a abrir nuevos caminos de esperanza”. El patriarca Bartolomé de Constantinopla hace hincapié en que “el lugar de los jóvenes que desean vivir el Evangelio en la sociedad contemporánea no es fácil. (…) Frecuentemente, los jóvenes se enfrentan a mentiras, al desprecio por la dignidad humana, a la injusticia y a las desigualdades sociales, a la dureza de la explotación, a la violencia con el que un grupo de personas se impone a otro, una nación a otra”.

Por otro lado, el arzobispo de Canterbury, el doctor Rowan Williams, se hace eco de las palabras de Etty Hillesum, una joven intelectual judía, asesinada en Auschwitz a los 27 años. “Al enfrentarse a la posibilidad de su deportación y muerte, escribió que sentía que su tarea era ‘dar testimonio de que Dios está vivo’ en las terribles circunstancias de su entorno. Tenía que vivir para persuadir a la gente de que Dios era real, incluso en medio del horror y la locura de la era nazi”. El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon escribe: “En todas partes, entre las muchas personas con las que me he encontrado, he hallado un sentimiento común: un anhelo universal por la paz y una aspiración a la prosperidad. Pero, con demasiada frecuencia, he descubierto que la gente que aspira a las mismas cosas también sufre los mismos prejuicios. (…) Hoy, hay una necesidad urgente de afrontar esta preocupante tendencia. Necesitamos reconstruir puentes y comprometernos con un diálogo intercultural sostenido y constructivo, que subraye los valores compartidos y las aspiraciones comunes”.

Más información en el nº 2593 de Vida Nueva (Iglesia en el Mundo, página 19)

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