Tribuna

Paseos galácticos

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Dolores Aleixandre DOLORES ALEIXANDRE, RSCJ | Biblista

Hace unos cuantos años le dieron a Forges el premio “Alandar” y yo estuve también para entretener un rato bíblicamente al personal. Cuando habló él, después, nos contó que de pequeño había estado enfermo una temporada y que tenía en la mesilla de noche el teléfono y un ejemplar de la Biblia. A veces la abría y, cuando encontraba un nombre raro, marcaba un número cualquiera y decía: “– Por favor, ¿podría hablar con Ezequiel?”; o “– Que se ponga el señor Habacuc”, y colgaba. Un día preguntó: “– ¿Está Dios?”, y le contestaron: “– No. Ha salido a pasear al perro”. Y, desde entonces, está esperando a ese Dios que ha salido a dar un paseo galáctico con su perro y todavía no ha vuelto.

No sé si Dios tiene perro, ni si lo pasea él mismo o tiene subcontratado a alguien para hacerlo, quizá a san Roque, o a san Francisco, caso de que sea un perro lobo. De todas maneras, me resulta sugerente la imagen y la conté en un libro que ahora han traducido al francés. Al corregir las pruebas no me di cuenta de que en vez de Forges habían puesto Borges, con lo cual aparece este último como autor de la frase. Me he quejado al editor pero a él, que es francés y no tiene ni idea de quién es Forges, hasta le parece que queda mejor en boca de alguien de tanto prestigio. Ya no tiene arreglo, pero me inquieta un poco que su viuda, esa señora tan seria de melena lacia, vaya a demandarme por atribuirle a su difunto marido algo que nunca dijo.

Si estoy contando esto es porque me acordé de lo del paseo galáctico el otro día, viendo el debate televisivo entre nuestros cuatro políticos estrella: tuve la sensación de que cada cual paseaba a su perro por galaxias diferentes y totalmente desconectadas unas de otras.

Y volviendo a la errata, me pregunto: ¿tendrá un doberman la señora Kodama? ¡Gensanta!, diría Forges. Y aquí sí que no caben confusiones.

En el nº 2.995 de Vida Nueva