“Sentirse odiado no es agradable, sobre todo porque no existen elementos tan terribles que justifiquen esta dureza”, ha lamentado en una entrevista el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe
“Solo un necio puede hablar de una primavera en la Iglesia y de un nuevo Pentecostés”, apunta el que fuera prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe