“Se informa que nuestro obispo (Juan Barros) está con alguna dificultad en su salud y se agradece la comprensión y oraciones. A la vez que reitera su permanente disponibilidad a las orientaciones del Santo Padre”. Este fue el breve comunicado difundido en la tarde del jueves 19 de abril por la Diócesis de Osorno, en el sur de Chile.
Aunque no han trascendido más detalles sobre la dolencia que afecta al prelado, la noticia se dio a conocer el mismo día en que el cardenal Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago, reconoció públicamente que, “por el bien del pueblo de Dios y de la Iglesia, el obispo Barros debiera dar un paso al costado”.
Cabe recordar que todo ello se produce poco después de que la Conferencia Episcopal de Chile, reunida en Asamblea Plenaria, leyera la carta enviada por el papa Francisco a la Conferencia Episcopal, en la que reconoce la gravedad de los testimonios recabados en contra de Barros por supuesto encubrimiento en el ‘caso Karadima’, pide perdón por “las graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación” y convoca a Roma el próximo mes de mayo a todos los obispos del país para llegara hasta el fondo de la cuestión.