Sin remedio

(+ Fernando Sebastián– Arzobispo emérito)

“Estaba pensando en la equiparación del matrimonio con las uniones homosexuales; en la ley del divorcio exprés; en el reconocimiento del aborto como derecho de la mujer (…). ¿De verdad hay alguien que diga que esto es compatible con una conciencia cristiana bien formada?”

En una rueda de prensa dije hace un par de semanas que me parecía muy difícil compatibilizar la actual política socialista con una conciencia cristiana. Por lo visto, esta afirmación no les ha gustado a algunas personas que se presentan como cristianos progresistas. Para ellos, lo que es incompatible con la conciencia cristiana es el capitalismo porque no busca sino el lucro.

Reconozco que tienen todo el derecho del mundo a defender sus opiniones y criticar las mías. Pero yo quiero insistir en explicar y justificar lo que dije.

En mi declaración, yo no me refería al socialismo en abstracto, como si fuera una esencia inmutable. Me referí expresamente a la actuación política del actual Gobierno socialista. Estaba pensando en la equiparación del matrimonio con las uniones homosexuales; en la ley del divorcio exprés; en el reconocimiento del aborto como derecho de la mujer; en la difusión escolar de la promiscuidad y de la ideología de género; en la manipulación comercial de embriones humanos. Es decir, en la promoción de la libertad sin respeto a ninguna ley moral objetiva. ¿De verdad hay alguien que diga que esto es compatible con una conciencia cristiana bien formada?

Se podría pensar que unas actuaciones negativas pueden estar compensadas con otras positivas, como el establecimiento de la justicia y la ayuda a los más pobres. Nuestro presidente se gloría de sus generosas políticas sociales. Todas ellas consisten en aumentar las subvenciones. Entiendo que es mejor facilitar un trabajo que ofrecer una subvención. El trabajo libera y dignifica. La subvención somete y humilla. Además, cuando no hay producción, el dinero de las subvenciones se acaba pronto.

Me quedo con lo mismo. No tengo remedio. La política de Zapatero me parece del todo incompatible con una conciencia cristiana bien formada.

En el nº 2.713 de Vida Nueva.

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