Condenado a sobrevivir

Un profeta

Profeta(J. L. Celada) No se cumplieron los pronósticos, y La cinta blanca, de Michael Haneke, se quedó sin el Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa. Se lo llevó para Argentina Juan José Campanella con El secreto de sus ojos, pero no porque aspirantes como Un profeta atesoren menos méritos. La candidata francesa, gran rival también de la producción alemana en los Premios del Cine Europeo, es ya una de las más gratas sorpresas de la temporada.

Meses atrás, Daniel Monzón nos abrió la puerta de su galardonada Celda 211 para iluminar las lúgubres estancias y destapar los sucios manejos del universo carcelario. Un brillante thriller, cuya contundencia, sin embargo, resulta hasta digerible cuando se confronta con la historia que aquí nos propone Jacques Audiard. La crónica de los seis años que pasa en prisión su protagonista (un espléndido Tahar Rahim) es, sencillamente, apabullante.

Durante dos horas y media de una intensidad asfixiante, el realizador parisino nos introduce en el sórdido microcosmos donde este joven reo se ve condenado a sobrevivir bajo amenazas y chantajes. Tantos como grupos humanos se establecen en función de razas, lenguas o religiones (corsos, italianos, árabes…). Porque, como ocurre con otros exponentes de este subgénero, la convivencia entre rejas se erige en metáfora de una sociedad compleja e incierta, sometida a las corruptelas y juegos de poder propios de la población reclusa.

Profeta-2¿Quiere esto decir que lo que se aprende dentro sirve para fuera? Claro, aunque casi nunca en el sentido esperado: el escarmiento prima sobre la rehabilitación. De la mano de Un profeta, identificamos quién es “soplón”, “recadero” o “protegido”; descubrimos cómo se gana el respeto o se pierde la confianza en circunstancias extremas; pero, sobre todo, asistimos al ascenso de un delincuente curtido para las más arriesgadas misiones a la sombra de una peligrosa relación padre-hijo (o amo-esclavo).

Así, al tiempo que nuestro hombre acumula amargas experiencias, los hechos se suceden con ritmo agitado, arrastrando cuanto encuentran a su paso. Impulsado por una implacable (e impecable) puesta en escena, que remite a una realidad cautiva y en conflicto, el trabajo de Audiard se otorga, no obstante, puntuales respiros cuando decide plasmar los sentimientos de culpa de este mafioso en ciernes, apelando a sueños y apariciones con un marcado acento moral. No en vano, la senda que recorre Un profeta de origen musulmán como él presenta ciertos paralelismos con la que siguió el Profeta, Mahoma, camino de la Montaña sagrada: sacrificio, determinación, conquista…

Y como ambos, esta película fue también “enviada”… a Hollywood, pero ha vuelto de vacío. La competencia era dura…, como la vida sin libertad. Ojalá el público ejerza ahora la suya y reconozca la valía de tan interesante apuesta.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Un prophète

DIRECCIÓN: Jacques Audiard

GUIÓN: Jacques Audiard y Thomas Bidegain

FOTOGRAFÍA: Stéphane Fontaine

MÚSICA: Alexandre Desplat

PRODUCCIÓN: Martine Cassinelli

INTÉRPRETES: Tahar Rahim, Niels Arestrup, Adel Bencherif, Reda Kateb, Jean-Philippe Ricci, Hichem Yacoubi, Gilles Cohen

En el nº 2.699 de Vida Nueva.

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