José Alfaro: “Tras el terremoto, todos se olvidarán de Nepal”

VN entrevista al único misionero europeo en el país asiático

Jose Alfaro, misionero en Nepal

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | José Alfaro, único misionero español (y europeo) en Nepal, está dolido: “Hoy todo el mundo habla del terremoto [ya hay más de 7.000 muertos confirmados tras el seísmo del pasado 25 de abril], pero ¿qué pasará dentro de dos semanas? Directamente, que los medios se marcharán y todos se olvidarán de las cientos de miles de personas que han perdido su casa”.

“Son pobres –continúa– y, en el fondo, no le importan a nadie. Entiendo que cada país haya traído equipos para rescatar a sus ciudadanos, pero no olvidemos que ellos estaban en Nepal de vacaciones y en gran parte eran turistas que se entregaban a un ocio muy caro, como es el alpinismo. Alquilan a los sherpas para que suban con ellos las montañas… Hay que ayudarlos, claro. Pero duele saber que la población local, que es la que sufrirá esto durante muchos años, quedará abandonada en muy poco tiempo”.

Desde luego, él no será de los que miren para otro lado. Estos días los está pasando en su Logroño natal, con sus hermanos (tenía los billetes para el viaje desde hacía cuatro meses y el terremoto lo sorprendió cuando iba a viajar hasta la capital nepalí, Katmandú, para coger allí el avión). Pero volverá el 13 de junio. Y es que este religioso escolapio de 78 años lleva casi 50 fuera de casa, viajando constantemente, como un misionero marcado por un ímpetu especial.

Su fuerza, optimismo y espíritu libre se traslucen incluso en una charla telefónica, como la que Vida Nueva ha mantenido con él días atrás. El terremoto ha dejado cicatrices en su estado de ánimo (lo que más recuerda son las 20 horas de autobús desde la provincia de Surket, al oeste, hasta Katmandú, en una secuencia interminable de horrores), pero, aun así, ve motivos para la esperanza: “Me consuela saber que las 20 escuelas que he fundado están bien, pues las hicimos con ladrillo y hierro; las casas de los pobres, por desgracia, se hacen con barro, madera y piedras…”.

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En el nº 2.940 de Vida Nueva.

 

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