Un bálsamo espiritual que cura el dolor de la muerte

La Iglesia muestra su cercanía con las víctimas del accidente del aeropuerto Madrid-Barajas

(Marina de Miguel) Que en estos momentos de dolor brille la esperanza y la confianza en el Señor Resucitado”. La plegaria que desde hace días abre la página web de la Diócesis de Canarias es sólo una muestra de las numerosas palabras de pésame, consuelo, apoyo y esperanza que ha profesado la Iglesia, desde todas las instituciones que alberga en su seno, a las víctimas y familiares del terrible accidente aéreo ocurrido el pasado 20 de agosto en el aeropuerto Madrid-Barajas, que se saldó con la muerte de 154 personas y 18 heridos (al cierre de este número).

Un humilde bálsamo -el profundo dolor por la pérdida es insalvable- que se manifestó al mismo tiempo que los medios de comunicación conmocionaron a la sociedad con la avalancha de informaciones, muchas de ellas contradictorias en los primeros momentos, en las que daban a conocer el ­aciago destino del vuelo JK5022 de la compañía Spanair, que cubría la ruta Madrid-Gran Canaria. En la misma tarde de la tragedia, los obispos españoles manifestaron su pesar a través de un comunicado, con el que “se unen al dolor de los familiares de las víctimas, encomiendan a Dios el eterno descanso de los fallecidos y hacen votos por el restablecimiento de los heridos”, al tiempo que invitan a los católicos a incluir estos propósitos en su plegaria personal y comunitaria.

De igual modo, el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, secundado por sus ­obispos auxiliares, expresó mediante una nota de prensa del Arzobispado “su cercanía en estos momentos de intenso dolor para confortarles en su fe y en su esperanza”. En el texto se pide también a “todas las parroquias y comunidades cristianas de Madrid, que se unan intensamente con su oración personal y litúrgica para que el Dios de la misericordia infinita acoja a quienes han muerto en el lugar de la luz y de la paz, otorgue salud a los heridos y consuele con la esperanza de la vida eterna a todos los familiares”.

“Viven para Dios”

Como ‘médico del alma por la gracia del amor de Dios’, César Franco, obispo auxiliar de Madrid, quiso acompañar a los familiares y amigos en la dura tarea de asumir la triste noticia. El 22 de agosto celebró una eucaristía en el pabellón 8 de IFEMA (Feria de Muestras de Madrid), improvisada morgue donde han sido depositados los restos mortales de los ­viajeros.

“No creáis que vuestros seres queridos han muerto: viven para Dios”, afirmó monseñor Franco durante la homilía, quien actuaba en nombre de Rouco Varela, en esos momentos de viaje por Alemania. Concelebraron la misa el obispo de Canarias, Francisco Cases, y otros 18 sacerdotes.

Con este acto y el consuelo que están ofreciendo en el lugar varios sacerdotes de Madrid y otros puntos de España se muestra de nuevo cómo la Iglesia siempre está con los que sufren. El próximo 11 septiembre, a las 20 horas, se celebrará un solemne funeral en la madrileña Catedral de la Almudena. Estará presidido por el cardenal Rouco Varela y ­contará con la presencia de autoridades civiles.

Otras diócesis

Son muchas las condolencias que han llegado desde las distintas diócesis españolas. El obispo auxiliar de Valencia, Esteban Escudero, en nombre del cardenal arzobispo Agustín García-Gasco, ha expresado el gran penar que siente su diócesis. En declaraciones a la agencia AVAN, el prelado ha exhortado también, “especialmente en estos días en que muchas familias se encuentran disfrutando de las vacaciones de verano, a promover la oración en familia por las víctimas del accidente, muchas de las cuales eran padres y madres con sus ­hijos”. El prelado presidió el 21 un responso a las puertas del Palacio Arzobispal, cuyas banderas ondeaban a media asta en señal de duelo. Posteriormente, ofició una eucaristía en la capilla del arzobispado.

Juan José Asenjo, obispo de Córdoba, hizo llegar en dos cartas dirigidas al arzobispo de Madrid y al obispo de Canarias, el “profundo pesar por la muerte de tan gran número de personas” en el accidente. Asimismo, les rogó que hagan “llegar a los familiares de los fallecidos nuestra más sincera condolencia y nuestra comunión en el dolor y en la esperanza”. En una llamada a la oración y a la solidaridad, José Sánchez, obispo de Sigüenza-Guadalajara pedía a sus fieles diocesanos que manifestaran a los afectados su “afecto, cercanía y ayuda en aquello que podamos”.

Una petición común de todos los prelados fue que durante las misas del fin de semana posterior a la tragedia (23 y 24 de agosto) se recordase a los difuntos. Así lo anunciaron los obispos de Jaén, Ramón del Hoyo López, y de Teruel-Albarracín, José Manuel Lorca Planes, en sendos comunicados.

Francisco Pérez González, director de las Obras Misionales Pontificias y arzobispo de Pamplona, también hizo llegar palabras de apoyo y esperanza, especialmente a la familia del misionero Claudio Ojeda Pérez, que regresaba de Camerún. Como recogió Europa Press, Pérez González recordó que son muchos los misioneros que en verano regresan a España para recuperarse de la labor que realizan en los países en desarrollo.

Por su parte, Comunión y Liberación ha expresado en un comunicado que no hay que esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino que, como dice Benedicto XVI en Spe Salvi “la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. Esto es válido tanto para el individuo como para la sociedad”.

CONDOLENCIAS DEL PAPA

“Deseo asegurar que continúo rezando por el eterno descanso de los fallecidos en el trágico accidente aéreo ocurrido el pasado miércoles en el aeropuerto de Madrid, así como por los heridos en el mismo”. Con estas palabras, Benedicto XVI mostró ante los peregrinos de habla española congregados el 24 en el palacio apostólico de Castel Gandolfo para el rezo del Angelus su consternación por lo ocurrido.

Un gesto con el que, además de pedir que “el Señor conceda fortaleza, consuelo y esperanza” a los familiares, reitera lo expresado en el telegrama que el 21 envió a Rouco Varela, a través del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de Su Santidad. Además de señalar que el “Papa se muestra profundamente apenado por la tragedia”, el mensaje apuntaba que “ofrece fervientes sufragios por el eterno descanso de los difuntos”.

Junto a ello, Bertone pedía al presidente de la CEE que “tenga la bondad de hacer llegar el sentido pésame de su Santidad a los familiares de los fallecidos, junto con expresiones de cercanía espiritual, viva solicitud y deseo de un pronto y total restablecimiento de los heridos en el lamentable percance”.

“Con estos sentimientos -continúa el texto- el Sumo Pontífice, en estos momentos de tristeza, imparte de corazón la confortadora bendición apostólica, como signo de consuelo y esperanza en el Señor Resucitado”.

Al margen del ámbito eclesial, son muchas las muestras de solidaridad y ayuda que han llegado de todo el mundo ante el accidente, el peor que ha sufrido la aviación del país en las últimas dos décadas. George W. Bush, Hugo Chávez, Nicolas Sarkozy, Angela Merkel o Gordon Brown son algunos de los líderes que han mostrado su hermandad con el país.

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