Santiago García Aracil: “Cumplimos con un deber nacido de la condición de cristianos y de Iglesia”

Arzobispo de Mérida-Badajoz y Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social

(M. de Miguel) ¿Cómo surgió la propuesta de donar el 1% del Fondo Común Interdiocesano a Cáritas?

La Iglesia no puede quedarse al margen de las necesidades de los más desposeídos. La institución de los siete diáconos por parte de los Apóstoles para atender a los pobres y la evidente historia que nos presenta a la Iglesia como pionera en la creación de instituciones benéficas de todo tipo, en todas las sociedades donde ha estado y está presente, son prueba de esta actitud eclesial inseparable del amor a Dios, unido al amor al prójimo.

¿Qué supondrá para la Iglesia este gesto de amor fraterno? ¿Tendrá alguna repercusión?

Supondrá una ocasión más, y un tanto especial en este caso, para tomar conciencia de que los bienes que están en manos de cada uno, aun lo necesarios, no constituyen sin más una propiedad exclusiva. Todos los bienes de la Tierra son regalados por Dios para que todos los hombres puedan vivir y desarrollarse. Lejos de confusiones ideológicas con sistemas políticos o económicos, este principio del destino universal de los bienes de la Tierra constituye un crisol del auténtico humanismo. 

¿Qué se quiere expresar con este acto?

Con este acto no se pretende expresar nada especial, simplemente cumplir con un deber personal e institucional que nace de la condición de cristianos y de Iglesia, y que se viene realizando, aunque de formas distintas, siempre y en ocasiones especiales también de un modo extraordinario.

¿Qué reflejo esperan que tenga en la sociedad?

No esperamos ni reconocimientos ni grandes soluciones, somos siervos inútiles y hacemos lo que debemos hacer. Ojalá pudiéramos hacerlo siempre del mejor modo posible. Quisiéramos que, en todo caso, sirviera para animar a otras instituciones a tomar medidas semejantes.

En el nº 2.639 de Vida Nueva.

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