La CEE aboga por retomar el Pacto Educativo

Casimiro López destaca la importancia de la enseñanza religiosa en la presentación de un informe de la Fundación SM

Casimiro López entre Javier Cortés (izquierda) y Carlos Esteban

(José Lorenzo- Foto: Sergio Cuesta) El presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza, Casimiro López, ha lamentado que el Pacto Educativo “haya quedado frustrado” y aboga por retomar las negociaciones para que, “de una vez por todas, se llegue a algo no tan movedizo como lo que nos encontramos en el sistema educativo actual, con cambios y cuestiones que una y otra vez se plantean”. El también obispo de Segorbe-Castellón hizo estas afirmaciones en el Foro Religión y Escuela, que él mismo presidió el pasado día 20 en Madrid, y en el que se debatió sobre el informe Protagonistas de la Clase de Religión, realizado por la Fundación SM y coordinado por Carlos Esteban, director de la revista Religión y Escuela.

En su intervención, el prelado señaló que la educación se presenta en estos tiempos “como una tarea compleja, que desafía a sus diferentes acentos”. Y de estas dificultades no se libra tampoco la presencia de la Religión y Moral Católica en las aulas, que es vista como “polémica”, por lo que, en algunos ámbitos, “tienden a suprimirla o, en el mejor de los casos, a reemplazarla por una enseñanza del hecho religioso sin carácter confesional”. Esto, afirmó, va en contra de la elección que, “año tras año, hace un número cuantioso de padres y alumnos”. “Y ése no es el planteamiento de la CEE, de la Santa Sede, ni creo que se deduzca de la misma Constitución”, dijo.

En este sentido, el obispo desgranó las premisas con las que la Iglesia entiende la presencia de la enseñanza de la Religión, y en concreto de la católica, en las aulas. Negó que se trate de un privilegio, pues, indicó, la Constitución ampara a las otras confesiones para “demandar al Estado” esa posibilidad real, y abogó por que la Administración “garantice el derecho de los padres a poder elegir la enseñanza religiosa que estimen oportuna”. Junto con esto, subrayó “el carácter confesional que debe tener”, algo que es, dijo, “diferente a la catequesis”, y señaló el “conflicto” que genera la asignatura Educación para la Ciudadanía, como reflejan “muchos profesores” en el informe de la Fundación SM. “Tal y como está planteada la visión antropológica cerrada a la trascendencia, el relativismo moral y la imposición de la ideología de género, impuesta obligatoriamente, es algo que choca esencialmente y desde su mismo núcleo con la asignatura de Religión y Moral Católica”.

En su repaso, López pidió “acometer cuestiones pendientes” en relación con la enseñanza de la Religión católica, como “el carácter fundamental” de esa materia, “equiparable a las asignaturas fundamentales”, “la valoración de la existencia de una alternativa para que no haya discriminación”, así como “regular debidamente el estatus laboral del profesorado”. “Para que se entienda –añadió–, la CEE está por que haya una seguridad temporal y laboral, pero también hay que garantizar el carácter confesional de la clase de Religión”. Por ello, consideró conveniente “perfilar un tema abierto” como es “la necesidad de que los profesores tengan la missio canónica y que su formación permanente deba quedar en manos de quienes garantizan la identidad de la fe y de la moral que se transmite en la misma”.

Valoración muy positiva

En el mismo acto, junto con el obispo, participaron Javier Cortés, director general del Grupo SM, y el coordinador del informe, Carlos Esteban. Cortés, quien destacó la importancia de poder contar con un informe que analiza la realidad sociológica de la enseñanza religiosa, hizo un llamamiento a todos los actores implicados en la misma para “mantener nuestro compromiso de esa enseñanza, intentando que no sea atacada ni desde dentro ni desde fuera. Ni desde dentro de la Iglesia, porque se quiera manipular para otros fines; ni desde fuera, porque se quieran cercenar determinados elementos de la Religión en la escuela”. “Todo es ambivalente –añadió el religioso marianista–, pero todo se tiene que trabajar dentro del diálogo, del encuentro y el consenso, avanzando siempre en estadios que todos son imperfectos, pero no esperemos el momento perfecto para actuar en la educación, porque entonces no transformaremos el mundo de la educación”.

El director de Religión y Escuela, por su parte, detalló varios aspectos del informe (ver Vida Nueva, nº 2.708), destacando, sobre todos ellos, la valoración muy positiva que la clase de Religión merece por parte de familias, alumnos y profesores.

En el nº 2.709 de Vida Nueva.

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