Expertos en Pastoral Juvenil ofrecen claves para formar a los nuevos creyentes

Más que el anuncio directo, se sugiere hacer entendible y valorado el mensaje

(Marina de Miguel) Como es inútil anunciar el Evangelio a quien no tiene sed, hambre de plenitud y de salvación, en estos momentos, más importante que el anuncio directo a los jóvenes, es su capacitación para que ese anuncio sea valorado, entendido y apreciado”. Capacitar para la fe es, según comenta a Vida Nueva Pedro José Gómez Serrano, una de las premisas esenciales en torno a la que deberían trabajar los evangelizadores. El profesor de la Universidad Complutense y del Instituto de Pastoral de Madrid fue uno de los ponentes –junto a monseñor César Franco y al catedrático Francisco Javier Elzo Imaz– encargados de sentar las bases para la reflexión y el análisis en las pasadas Jornadas de Vicarios de Pastoral, organizadas por la Conferencia Episcopal entre el 3 y el 5 de mayo en Ávila.

“El problema de fondo es que no hemos sabido todavía afrontar el tremendo cambio cultural que se ha producido”, señala como punto de partida para explicar la escasez de jóvenes en las parroquias. Junto al desaliento que a menudo hace mella en los animadores, al ver los pocos frutos de sus esfuerzos, otro aspecto que dificulta la transmisión de la fe es que “muchos catequistas han empezado a ser animadores sin haber realizado un proceso suficientemente profundo de experiencia de fe, por lo que tienen carencias tanto de formación teológica como de experiencia vital de la fe”. También resulta preocupante la falta de comunidades en las que los agentes encuentren alimento para su fe, equipos estables con los que trabajar y, lo más importante, unas referencias cercanas de cristianos adultos que puedan transmitir, ya que, al fin y al cabo, “la pastoral de juventud debería ser una especie de lugar de iniciación a una experiencia que se tiene que vivir como adulto”.

“Nadie puede dar a otros lo que no tiene”, asegura el experto en materia de pastoral de juventud para indicar que, antes que nada, se debe cultivar la propia experiencia de fe de los animadores pastorales.

A su vez, las características propias de la juventud hacen que se demande una pastoral más personalizada. “El agente deberá atender al momento vital de cada joven para encontrar, en cada caso, una palabra oportuna que llegue a su corazón”, señala Pedro-José Gómez indicando que, junto a la celebración de encuentros masivos propios del cristianismo, se debe atender a cada miembro del grupo de forma personal.

Otro aspecto determinante para que vivan en su propia piel la fe tiene que ver con “educar su capacidad para poder entender y apreciar el Evangelio”. “Si uno no tiene la capacidad de interiorizar, ir más allá de lo superficial, comprometerse con las cosas, sentir la injusticia y el dolor, el Evangelio no va a ser una Buena Noticia”. También es tarea importante cuestionar los tópicos y prejuicios que hay en la sociedad respecto a lo que es ser cristiano, porque, a diferencia de otras décadas,“vivimos en una sociedad en la que el creyente tiene que justificarse”.

————

JMJ, ¿EXPERIENCIA DE FE O ESPEJISMO EMOCIONAL?

La celebración de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011 tendrá, a juicio de Pedro-José Gómez, repercusiones diferentes en cada uno de los sectores de la Iglesia. “Hay un elemento de publicidad o de autoafirmación eclesial de mostrar que, a pesar de todo, hay una Iglesia con muchos jóvenes que siguen viviendo el cristianismo”. Esta percepción, así como el éxito del encuentro, no debería evitar “hacer una autocrítica más serena de la Iglesia respecto a si estamos haciéndolo bien con los jóvenes”.

En cuanto a los protagonistas, adelanta que el encuentro posibilitará compartir con otros su experiencia de fe. No obstante, el verdadero aprovechamiento dependerá del antes y el después pues, según explica, “aquéllos que estén realizando un camino de iniciación a la fe tendrán en estas jornadas un elemento adicional para afianzar el recorrido que están haciendo”. “Gracias al acompañamiento será un acontecimiento en la historia de fe de muchos jóvenes que les haga convencerse, tirar para adelante”, concluye recalcando que, sin él, “puede tener un factor de espejismo emocional”.

En el nº 2.707 de Vida Nueva.

Compartir