El Rey podrá comulgar aunque sancione la Ley del Aborto

La CEE no se va a pronunciar porque el acto del monarca “tiene una cualificación moral distinta”

Bibiana Aído, Francisco Caamaño, Leire Pajín y Beatriz Corredor, entre otros, tras la votación en el Senado

Bibiana Aído, Francisco Caamaño, Leire Pajín y Beatriz Corredor, entre otros, tras la votación en el Senado

(José Lorenzo) La Conferencia Episcopal Española (CEE) no está preparando ninguna “exhortación profética” para el Rey Juan Carlos I ante la tesitura que el monarca –católico confeso– tiene ante sí debido a que, en breve, como le obliga la Constitución, habrá de sancionar con su firma la nueva Ley del Aborto tras su aprobación definitiva, el día 24 de febrero, en el Senado. Así lo reconoció el secretario general de la CEE, Juan Antonio Martínez Camino, a una pregunta, con tintes veterotestamentarios, durante la rueda de prensa conclusiva de la reunión Permanente del Episcopado, cuyos trabajos pasaron prácticamente sin pena ni gloria ante la gran batería de preguntas que los periodistas realizaron sobre lo que ese día, 25 de febrero, era la noticia de la jornada: la aprobación de la polémica reforma legal.

Aunque lo intentó, el portavoz de los obispos no logró despejar del ambiente la duda (luego trasladada a los respectivos medios de comunicación) de que la Iglesia española utilizaba con el monarca un rasero moral distinto al del común de los mortales. Él sí podrá acercarse a comulgar –a diferencia los políticos que hayan dado su voto afirmativo a la reforma– porque “la situación de Su Majestad el Rey al tener que sancionar esta ley es única y, por tanto, los principios generales no son aplicables a una situación única”, señaló Martínez Camino. “Una cosa es lo que hace el Rey, que es único, y otra es lo que hacen los políticos dando su voto, que podrían no hacerlo en uso de su libertad. Tiene una cualificación moral distinta”, abundó el portavoz.

Aún habría de pronunciarse más veces al respecto, por más que intentó desviar el interés de la prensa y advertir que “la atención de hoy hay que centrarla en el hecho triste que es que se convierte en ley un supuesto derecho” al aborto, “una ley que da licencia para matar a los hijos”, subrayó, lo que “es muy grave y muy serio, y donde hay que centrar la atención [es] en el grave retroceso a la protección al derecho inviolable a la vida de los que van a nacer”. Finalmente, tras otros requiebros periodísticos en la misma línea, zanjó con un “no tengo más que decir sobre este asunto. Podríamos hablar de las implicaciones morales de ese acto que tiene para el Rey, pero la Conferencia Episcopal no lo ha hecho y yo no lo voy a hacer”.

“Trampa” al monarca

El interés de los periodistas por esta cuestión hay que buscarlo en una campaña de recogida de firmas en la que se solicita a Don Juan Carlos que no sancione la polémica ley. Esta campaña, promovida por un portal católico de información vinculado a los Legionarios de Cristo, habría sido visto en La Zarzuela como una “trampa” al monarca, según fuentes cercanas al Rey citadas por El Confidencial Digital.

Sí que se pronunció el portavoz sobre las nuevas movilizaciones convocadas contra el aborto (el próximo 7 de marzo, en las principales ciudades españolas, convocadas por HazteOír.org), de las que dijo que “todo lo que se haga para concienciar sobre el derecho a la vida, es bienvenido. Hágalo quien lo haga”. Así, reiteró la voluntad de la Iglesia de “seguir dando voz a los que no tienen voz”. En ese sentido, anunció la próxima puesta en marcha de una campaña de la CEE de cara a la Jornada a favor de la Vida del 25 de marzo. “Esperemos –afirmó– que esta Jornada sea un momento importante para la revitalización de esta conciencia ciudadana que pida la revocación de esta ley”.

 

“NO NOS HAN INVITADO AL PACTO DE EDUCACIÓN”

Ya en el marco más estricto de lo abordado en la reunión de la Permanente, los obispos han estudiado un informe sobre la situación de la enseñanza en España, presentado por el presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, Casimiro López, obispo de Segorbe-Castellón.  Este informe, y las reflexiones que sobre él han desgranado los obispos, coincide en el tiempo con la propuesta hecha por el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, sobre la necesidad de un Pacto de Estado por la Educación. A pregunta de Vida Nueva sobre si el Gobierno había invitado también a la Conferencia Episcopal a sumarse a las negociaciones por este pacto que habrán de mantener los diversos actores educativos, el secretario general respondió: “No nos han invitado. Y nos gustaría que se nos invitase”. Y mostró la necesidad, ya planteada en la última Plenaria de los obispos españoles, de la existencia de ese pacto educativo en nuestro país; “un pacto real de todos los implicados en la educación y que no se quede sólo en los políticos”, señaló.

En el nº 2.698 de Vida Nueva.


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