Relevo de Danneels en el arzobispado de Malinas-Bruselas

El Papa nombra a André-Mutien Léonard para sustituir al cardenal al frente de la sede primada belga

Léonard y Danneels, en la rueda de prensa del 18 de enero

Léonard y Danneels, en la rueda de prensa del 18 de enero

(María Gómez) Después de muchas especulaciones y de la filtración del nombramiento a la prensa unos días antes, el lunes 18 de enero Benedicto XVI aceptaba la renuncia por motivos de edad del cardenal Godfried Danneels y designaba como nuevo arzobispo de Malinas-Bruselas a André-Mutien Léonard, hasta ahora obispo de Namur.

Danneels, de origen flamenco y que cumplirá 77 años el 4 de junio, ocupaba el arzobispado desde 1979. Cardenal desde 1983, es considerado una de las figuras más importantes de la Iglesia europea. En estos 30 años, se ha caracterizado por su compromiso en asuntos sociales, por promover el diálogo ecuménico e interreligioso, por su mano tendida a agnósticos y ateos, y por evitar pronunciarse sobre cuestiones políticas o morales, algo que los sectores más ‘conservadores’ le han criticado mucho, atribuyéndole la falta de vocaciones y el descenso de la práctica religiosa en el país y llegando a calificarle de “enterrador” de la Iglesia belga.

El pasado diciembre, durante la presentación de su libro Confidencias de un cardenal (en el que repasa su trayectoria, los acontecimientos más importantes de las últimas décadas en Bélgica y el Vaticano y hasta su condición de “papable”), Danneels declaró que su sucesor “podría ser alguien muy diferente de mí” y que, en cualquier caso, le deseaba que siguiera siendo él mismo.

André-Mutien Léonard (Jambes [en la zona francófona], 6 de mayo de 1940) se licenció en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y es doctor en Filosofía en Louvain-le-Neuve, donde fue profesor entre 1970 y 1991; allí también fue rector del Seminario de la Universidad San Pablo, y ha sido miembro de la Comisión Teológica Internacional. Desde que fue nombrado obispo de Namur en 1991, se le reconoce por sus posturas inequívocamente al lado del Magisterio con respecto a asuntos como la eutanasia, el aborto o los homosexuales. Tras las reacciones contrarias de gran parte de los fieles a su nombramiento, él mismo quiso calmarles.

En sus primeras palabras, Léonard ha sido claro: “Llegar a una archidiócesis como ésta me impresiona, pero a la vez me renueva”. Confiesa que, con el paso de los años y a medida que se ha ido encontrando con niños, mayores, enfermos, pobres y desamparados, ha cambiado su forma de pensar y de actuar: “Algunos dicen que soy inabordable; yo no lo creo. Procuro ser accesible a la gente yendo a su encuentro. Y cuento con seguir así”.

Entre sus prioridades están solicitar un tercer obispo auxiliar, conocer la diócesis lo mejor posible a través de visitas pastorales, trabajar por una “liturgia esmerada”, seguir atento a las preocupaciones sociales, impulsar las vocaciones y fomentar la colegialidad.

Al asumir este cargo, y siguiendo una tradición no escrita, Léonard ha adoptado el nombre de André-Joseph. Su toma de posesión tendrá lugar en la catedral de Malinas el 28 de febrero.

En el nº 2.692 de Vida Nueva.

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