“Los capellanes castrenses son bien recibidos y aceptados”

Entrevista con Juan del Río, arzobispo castrense

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(José Lorenzo) Capellanes castrenses católicos, protestantes, ortodoxos, judíos, musulmanes y budistas, procedentes de 35 países, participarán del 1 al 5 de febrero, en Madrid, en el XXI Encuentro Internacional de Jefes de Capellanes Militares. Bajo la presidencia de honor de los Príncipes de Asturias, y con el apoyo del Estado Mayor de la Defensa, este encuentro pretende reflexionar sobre el hecho religioso en las Fuerzas Armadas, atendiendo concretamente, en esta edición, a dos importantes premisas: “libertad y diversidad”.

Entre las ponencias más esperadas, teniendo en cuenta la anunciada reforma de la Ley de Libertad Religiosa, que depende de su departamento y que podría afectar al tema de las capellanías castrenses en España, está, sin duda, la del director general de Asuntos Religiosos, José María Contreras.

El objetivo principal de este tipo de encuentros –que tuvo su origen hace veinte años en una iniciativa auspiciada por un grupo de capellanes castrenses destinados en Alemania– es el de compartir experiencias y ahondar en el diálogo y la colaboración entre los responsables de atender las demandas espirituales de los soldados, independientemente del país  de origen o de la religión que se profese. Se trata, en definitiva, de reforzar lazos teniendo en cuenta que esta atención espiritual está presente en un centenar de países.

Juan del Río Martín, arzobispo castrense, está muy satisfecho con la organización de este encuentro en España. En declaraciones a Vida Nueva, repasa el papel del capellán castrense y su “plus de humanidad”, no sólo para el conjunto de las Fuerzas Armadas, sino para toda la sociedad.

Un servicio desde 1532

– ¿Cómo vive y cuida la Iglesia católica la dimensión espiritual de los soldados españoles?

– El militar, por sus condiciones peculiares de vida y por su misión, necesita una concreta y específica forma de asistencia espiritual que se encuadra dentro de la gran solicitud de la Iglesia por los hombres y mujeres que defienden nuestra seguridad, independencia y libertad. En el caso de España, esta asistencia viene prestada de forma estable y permanente desde 1532 con la reorganización del Arma de Infantería de los Tercios españoles. En la actualidad, la atención pastoral y espiritual a los militares católicos es muy personalizada, a través de una presencia sencilla y acogedora que oferta en libertad los misterios cristianos, según lo marcado en la Constitución Apostólica Spirituali Militum Curae, de Juan Pablo II, de 1986.

– ¿Perciben los capellanes castrenses que las tropas necesitan de sus servicios?

– La figura del Pater es muy demandada, tanto en las unidades, cuarteles e instituciones castrenses, y de una manera muy especial en las misiones de paz o humanitarias en el extranjero. Un capellán castrense tiene todo el trabajo pastoral que quiera, son bien recibidos, aceptados y respetados. Ellos, con su testimonio y la predicación del Evangelio de Cristo, humanizan la convivencia ordinaria de la familia militar y enseñan el camino de la salvación.

– Algunos creen que la existencia de capellanes católicos, refrendada mediante un acuerdo internacional con la Santa Sede, además de un “privilegio”, supone una confesionalidad de facto de nuestras Fuerzas Armadas, lo que casaría mal en un Estado aconfesional. ¿Qué les diría?

– ¡Que están muy equivocados! Que ese planteamiento denota un gran desconocimiento y está lleno de prejuicios anticatólicos. Lo primero es que todo soldado, como ciudadano, tiene el derecho a ser atendido por los ministros de la confesión religiosa que profese. Esto no es una condescendencia del Estado o de un régimen político. Es un derecho fundamental de la persona. No contradice la legítima separación entre religiones y Gobiernos. La presencia de la Religión en el mundo castrense no se contempla solamente en España, ni es un privilegio de la Iglesia católica, sino que lo encontramos reconocido y legislado en todos los ejércitos de nuestro entorno democrático. Negar, impedir o poner trabas al Servicio de Asistencia Religiosa en las Fuerzas Armadas sólo se da en los países con políticas totalitarias.

– La pluralidad religiosa es cada vez mayor entre nuestras tropas. ¿Hay que abrir las puertas de los cuarteles a los ministros de esas otras religiones para que puedan acompañar espiritualmente a los miembros de las Fuerzas Armadas que así lo demanden?

– Es que con la actual legislación española no están cerradas las puertas de los cuarteles a ninguna confesión religiosa. Son cada una de las religiones las que tienen que organizarse para atender espiritualmente a sus fieles que estén sirviendo en las Fuerzas Armadas.

En el nº 2.693 de Vida Nueva.

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