Editorial

Un Sínodo en torno a la Palabra de Vida

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Publicado en el nº 2.630 de Vida Nueva (Del 4 al 10 de octubre de 2008).

El domingo comienza en Roma la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, cuya apertura oficial tendrá lugar en San Pablo Extramuros, la basílica dedicada al Apóstol de los Gentiles, de especial significado en este Año Paulino. Los obispos del mundo, congregados para este instrumento colegial que puso en pie el Concilio Vaticano II, reflexionarán sobre La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. Es el primer sínodo que Benedicto XVI llevará personalmente. El anterior había sido convocado por Juan Pablo II y había versado sobre la Eucaristía, alimento de la Iglesia. En esta ocasión versará sobre la Palabra de Dios, el otro alimento de la vida de la Iglesia. La importancia de la Palabra en las comunidades cristianas, en la oración, en la liturgia, en los estudios teológicos y bíblicos. El Sínodo pondrá sobre la mesa el interés de la Iglesia en ella porque es en Jesucristo en quien se pone el interés fundamental, la Palabra Eterna del Padre.

Los padres sinodales tienen la bella y ardua tarea de poner brillo a la Dei Verbum. He aquí un tema sugerente. Ver si aquella importante constitución conciliar ha servido para brindar un mayor aprecio por la Escritura Sagrada y si su dinamismo interno en la vida de la Iglesia ha sido eficaz, no sólo para una mayor valoración de la Biblia, sino para una mayor veneración en las comunidades cristianas. La Dei Verbum abrió grandes puertas y aportó inmensa luz al uso de la Escritura. Ahora ha llegado la hora de revisar aquello y seguir la senda de su riqueza y aportación.

Las reflexiones del Sínodo y el documento que posteriormente el Papa saque a la luz como magisterio pontificio, dentro del ámbito de la colegialidad y la participación eclesial, servirá, sin duda, para los cristianos en general que cada día han de acercarse a la fuente de vida que es la Palabra de Dios y sacar de ahí fuerza y entusiasmo. Servirá también para que en las comunidades cristianas y grupos de oración y actividad apostólica, la lectio divina adquiera su importancia como fecunda fuente del quehacer pastoral y apostólico.

Tendrá su gran importancia en el ámbito de la liturgia y el culto cristiano, poniendo en su lugar adecuado, dentro de los sacramentos, el lugar que ocupa en los mismos la Palabra de Dios proclamada, sin dejarla orillada como adorno de la celebración. Una buena catequesis litúrgica servirá, sin duda, para que los cristianos veneren la Palabra y la escuchen en el espacio sagrado de los sacramentos. La homilía del sacerdote, el servicio catequético, incluso el lenguaje del arte y la literatura, tienen en la Palabra de Dios una fuente inagotable. Los estudios bíblicos y teológicos verán en este Sínodo una orientación adecuada. Es hora de ponerse a escuchar esa Palabra y escucharla en el tono que los padres sinodales, en comunión con el Papa, nos acercarán. 

La Iglesia en España estará representada por tres pastores que conocen bien el tema y por peritos sinodales que enriquecerán la reflexión de forma adecuada y servirán para iluminar al Aula en este tema tan importante en la vida de la Iglesia.