“En la Iglesia no hay lugar para pederastas”

El obispo de Melipilla (Chile) suspende a un sacerdote acusado de abusos

Enrique Troncoso, obispo de Melipilla (Chile)

Enrique Troncoso, obispo de Melipilla (Chile)

(J. L. Celada) Estupor y gran desconcierto. Eso produjo en el obispo de Melipilla, Enrique Troncoso, la noticia de que el sacerdote Ricardo Muñoz Quinteros, párroco de Santa Teresa de Los Andes, en esa diócesis chilena, había sido detenido por la policía tras una investigación judicial en la que se le acusa de promover el tráfico sexual y el abuso de menores. “No hay en la institución eclesiástica antecedentes de denuncias o acusaciones formales en su contra”, salió al paso el prelado, al tiempo de anunciar que el imputado “queda suspendido de sus funciones ministeriales para facilitar la pronta acción de la justicia”.

En una breve declaración de cinco puntos dada a conocer el pasado día 6, el obispo Troncoso se mostró dispuesto a colaborar “con las instancias judiciales a las que corresponde esclarecer la verdad de los hechos”. “Confiamos –afirma la nota episcopal– en la acción de los tribunales de justicia y respetaremos sus dictámenes”. Y añade el texto: “Sin perjuicio de lo anterior, y dada la gravedad de las situaciones que se han divulgado públicamente, abriremos una investigación canónica conforme el ordenamiento jurídico particular de la Iglesia”.

El titular de la sede de Melipilla recuerda que “si bien las conductas que se atribuyen al sacerdote Muñoz son impropias del ministerio sacerdotal y además motivo de escándalo y decepción para la comunidad, la acusación de pedofilia resulta particularmente grave en un clérigo. En la Iglesia no hay lugar para personas que abusan sexualmente de menores”.

Cercanía a las víctimas

Más adelante, el propio Troncoso desea expresar su cercanía a las personas afectadas por las situaciones que se denuncian, “especialmente, a las presuntas víctimas y a sus familiares”. Asimismo, transmite su “afecto de pastor en un momento de comprensible decepción y desconcierto” a las comunidades donde ha servido durante estos años el sacerdote acusado, y pide “perdón a Dios y a los hermanos” y respeto para el inculpado “en sus derechos y a la espera de las pruebas y acusaciones y del juicio”.

Finalmente, en el marco de este Año Sacerdotal, el prelado invita a sus diocesanos y todo el pueblo católico chileno a “rezar y reflexionar, para que como Iglesia sepamos enfrentar con madurez cristiana situaciones como ésta que causan dolor a personas y familias, y para que el Señor nos regale santos sacerdotes que anuncien con su vida la buena noticia del Evangelio, como lo hace la inmensa mayoría de los 2.400 sacerdotes que sirven en Chile”.

Muñoz Quinteros, de 55 años, fue apresado en su domicilio por la Policía De Investigaciones (PDI), acusado de cometer abusos sexuales contra al menos tres menores de edad. Junto al sacerdote, fue detenida también su ‘pareja’ y cómplice, Pamela Ampuero Escobar, de 33 años, responsable de buscar y contactar a las presuntas víctimas.

En el nº 2.691 de Vida Nueva.

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