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Imitación de Guatemala


En ‘El revés de la trama’, Rodrigo Rey Rosa (Alfaguara, 2013). La recensión es de Javier Morales

Imitación de Guatemala, Rodrigo Rey Rosa, Alfaguara

Título: Imitación de Guatemala

Autor: Rodrigo Rey Rosa

Editorial: Alfaguara, 2013

Ciudad: Madrid

Páginas: 368

JAVIER MORALES | Como todo gran escritor, Roberto Bolaño fue un gran lector, con sus filias y sus fobias. Entre sus filias estaba Rodrigo Rey Rosa (Guatemala, 1958), a quien colocaba entre los nombres fundamentales de la narrativa actual que se hace al otro lado del Atlántico. Y no creo que Bolaño exagerara. Con una gran capacidad para la elipsis, Rey Rosa es alguien que valora las palabras y no las desperdicia en juegos fatuos, de ahí su talento demostrado para la narrativa corta, bien en forma de relato o de novela.

La editorial Alfaguara acaba de publicar Imitación de Guatemala, donde tenemos la suerte de contar en un solo volumen con cuatro novelas cortas de Rey Rosa: Que me maten si…, El cojo bueno, Piedras encantadas y Caballeriza. Cuatro piezas maestras, a pesar de las dudas que algunas de ellas le despiertan al autor, quien, en un gesto de humildad y autoexigencia, nos cuenta en el prólogo: “Releerse a sí mismo no es necesariamente una experiencia agradable, aunque puede ser instructiva… Se hace lo que se puede y con lo que se tiene a mano”.

Con Guatemala como escenario, el mundo que aquí retrata Rey Rosa no es el de personajes de novelas almibaradas o egocéntricas que ocupan la mayoría de los primeros puestos en las listas de libros más vendidos. La realidad que describe es la de un país, Guatemala, sumido en la miseria y la desigualdad, la violencia y la corrupción, donde se trafica con niños, abundan los secuestros, los ricos se mueven en coches blindados, el poder lo detentan asesinos maquillados y en el que la vida de la gente, sobre todo si son indígenas o pobres, no vale nada, menos que un caballo de raza.

Viajero incansable, alumno de Paul Bowles en Tánger, traductor, guionista, Rodrigo Rey Rosa destripa la realidad de su país con una prosa certera y un estilo hipnótico y adictivo que atrapa al lector desde la primera línea. Si le gusta la buena literatura, no pierda el tiempo, lea a Rodrigo Rey Rosa.

En el nº 2.886 de Vida Nueva.

Actualizado
13/03/2014 | 17:41
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