En ‘El revés de la trama’, Henning Mankell (Tusquets Editores, 2013). La recensión es de Javier Morales
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Título: Huesos en el jardín
Autor: Henning Mankell
Editorial: Tusquets Editores, 2013
Ciudad: Barcelona
Páginas: 192
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JAVIER MORALES | Escrito originalmente para una edición neerlandesa que luego rescató la BBC para una serie de televisión, Huesos en el jardín es la penúltima entrega de la serie protagonizada por el inspector Kurt Wallander.
Después de muchos años como policía en Ystad (Suecia), un Wallander crepuscular, solitario, frustrado por su incapacidad para entender a su hija, considera llegado el momento de comprarse una casa en el campo donde poder retirarse cuando llegue la jubilación. A través de un compañero de la comisaría, le surge la oportunidad de adquirir una vivienda con un amplio jardín y por un precio aceptable, justo lo que andaba buscando. Tan solo hay una pega: Wallander descubre en el jardín una zona removida donde sobresalen los huesos de una mano.
No es la mejor entrega de la serie, pero los seguidores del investigador encontrarán un regalo extra, un epílogo donde Henning Mankell (quien ha anunciado que padece cáncer) repasa las novelas que integran el ciclo y nos cuenta cómo concibió la primera entrega, Asesinos sin rostro. Estamos en 1990. Después de una larga estancia en África, Mankell descubrió que las tendencias racistas se habían extendido por Suecia “de un modo preocupante”.
Meses después, decidió escribir sobre el racismo. Comprendió enseguida que la novela policiaca era el género que mejor se adaptaba a sus intenciones. “Sencillamente, porque los actos racistas son, según mi modo de ver, actos delictivos. Una consecuencia lógica de ello fue que necesitaría un investigador, un experto en actos delictivos, un policía”, relata.
La denuncia social siempre ha estado presente en las novelas de Mankell, pionero del género negro en los países nórdicos. Su éxito mundial allanó el camino a autores más jóvenes, como el malogrado Stieg Larsson, y el de las siguientes generaciones. Todos ellos nos hablan del “lado oscuro”, de las pulsiones subterráneas que laten, incluso, en los apacibles y envidiados estados del bienestar.
En el nº 2.884 de Vida Nueva.
