Libros

¿El mundo de hoy?


En ‘El revés de la trama’ Javier Morales recensiona la obra de Stefan Zweig El mundo de ayer (Acantilado, 2002) que va por su vigésima edición.

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Título: El mundo de ayer: Memorias de un europeo

Autor: Stefan Zweig

Editorial: Acantilado, 2002

Ciudad: Barcelona

Páginas: 552

JAVIER MORALES | Nos ha dejado Jaume Vallcorba, editor y fundador de Acantilado y Quaderns Crema. Gracias a Acantilado, los lectores en español hemos podido leer a lo más granado de la cultura centroeuropea en cuidadas ediciones, hechas con mimo, gusto y profesionalidad. El mejor homenaje que se le puede rendir a un editor de fuste como él, amante de los libros, del libro impreso, es releer algunos de los títulos memorables que nos ha legado. Uno de ellos es El mundo de ayer. Memorias de un europeo, del austriaco Stefan Zweig (Viena, 1881-Petrópolis, Brasil, 1942).

Jaume Vallcorba.

Jaume Vallcorba.

Stefan Zweig.

Stefan Zweig.

Escritor polifacético que tuvo un éxito temprano, “militante” antibelicista muy influido por la obra de Romain Rolland, Zweig fue también testigo excepcional de una época, la primera mitad del siglo XX, que cambió el esqueleto del mundo y de la historia. Como explica el propio Zweig, el mundo de ayer era de la certidumbre, el de la seguridad, el que había antes de la I Guerra Mundial. La guerra cambió todos los valores. No solo se desmoronó el Imperio Austro-Húngaro, también el ideal cosmopolita de la Viena culta y efervescente de finales del siglo XIX y principios del XX.

De origen judío, Zweig creció en una familia de la alta burguesía vienesa y viajó por medio mundo, lo que le permitió ensanchar su mirada y no dejarse llevar por el fanatismo (salvo el del arte y la cultura), sobre todo el nacionalista, cuyos efectos se extienden hasta el mundo de hoy. Gracias a estas memorias, escritas con una prosa vibrante, conocemos la intrahistoria (que diría Unamuno) del derrumbe europeo. Son impagables las estampas que traza de Joyce, Rilke, Valery, entre otros, representantes de una cultura que hoy peligra.

“Cuanto más ingenuo es el pueblo, tanto más fácil resulta embaucarlo”, le dijo su amigo Rolland en los días previos a la I Guerra Mundial. Leer a Zweig es una vacuna contra esa ingenuidad.

En el nº 2.908 de Vida Nueva

Actualizado
12/09/2014 | 07:00
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