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El arte de la coherencia


Francisco Armenteros recensiona la obra Yo soy cristiano (Palabra, 2013) de Aurelio Fernández.

L_PALABRA

Título: Yo soy cristiano. ¿Cómo viven los cristianos?

Autor: Aurelio Fernández

Editorial: Palabra, 2013

Ciudad: Madrid

Páginas: 224

FRANCISCO ARMENTEROS MONTIEL | Saber lo que hay que creer, lo que hay que obrar, lo que hay que orar y lo que hay que recibir”, aprendimos muchos con el Catecismo del padre Astete (o Ripalda); esquema que mantiene, con otro orden, el actual Catecismo de la Iglesia Católica [ver aquí]: profesión de la fe, celebración del misterio cristiano, la vida en Cristo y la oración cristiana.

Aurelio Fernández, sacerdote, profesor, escritor prolífico (34 libros y cientos de artículos) dedica el presente libro a la vida en Cristo, al “obrar”, la moral, la conducta. Completa el ya publicado en la misma editorial: Yo creo. ¿En qué creemos los cristianos? (Palabra, 2013). Es decir, las exigencias de la fe, la coherencia de vida, vivir de acuerdo con lo que se cree.

Cita el autor un texto de la Veritatis splendor a modo de síntesis:

Seguir a Cristo no es una imitación exterior, porque afecta al hombre en su interioridad más profunda. Ser discípulo de Cristo significa hacerse conforme a Él… el discípulo se asemeja a su Señor y se configura con Él; lo cual es fruto de la gracia, de la presencia operante del Espíritu Santo en nosotros. (p. 21)

Dedica siete capítulos a cuestiones comunes a la ciencia ética y a la teología moral: concepción de bien y de mal, dignidad de la conciencia, grandeza de la libertad, papel educativo de las leyes, etc. Luego presenta la novedad de la moral cristiana: valores éticos originales, santidad de vida, exigencias y medios para alcanzara, la antropología cristiana, la conducta de un hijo de Dios, el mensaje moral predicado por Jesús…
 

Deberes morales

En el capítulo IX (Itinerario del hombre hacia Dios) se detallan los deberes morales que el cristiano tiene con Dios, su Creador y Padre, mientras que, en los últimos (X-XII), se aborda lo que, en lenguaje de escuela, se denomina “moral de la persona” (matrimonio, familia, sexualidad, bioética) y “moral social”, con la actual y grave cuestión del compromiso de los católicos en la vida pública.

El tono, profundo y asequible, es optimista:

Al pasar revista al programa moral católico, la razón humana no puede menos que llenarse de admiración y entusiasmo a la vista de su grandeza”; “la moral cristiana presenta al creyente un panorama de existencia verdaderamente nuevo y fascinante, al tiempo que le oferta los medios para lograrlo y le asegura que pueda alcanzarla.

Ideas de J. Ratzinger se ven confirmadas en esta obra: “La expresión yo creo se podría traducir por yo paso a, yo acepto… la fe es un viraje de toda la persona, que estructura toda la existencia posterior” (Introducción al cristianismo, Sígueme, 2001)

“La existencia cristiana no es un arte más junto a otros, sino simplemente la existencia humana vivida tal y como se debe… el arte de las artes: la existencia humana” (Mirar a Cristo, Edicep, 2005).

En el nº 2.904 de Vida Nueva

Actualizado
25/07/2014 | 07:00
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