Libros

‘Cristología’ y ‘Sencillamente Jesús’


Dos libros sobre cristología de Ignacio Cacho Nazábal, SJ (Sal Terrae, 2014) y N. T. Wright (PPC, 2014). La recensión es de Diego Tolsada

Cristología, Ignacio Cacho Nazábal, SJ (Sal Terrae) y Sencillamente Jesús, N. T. Wright (PPC)

Título: Cristología

Autor: Ignacio Cacho Nazábal, SJ

Editorial: Sal Terrae, 2014

Ciudad: Santander

Páginas: 480

 

Título: Sencillamente Jesús. Una nueva visión de quién era, qué hizo y por qué es importante

Autor: N. T. Wright

Editorial: PPC, 2014

Ciudad: Madrid

Páginas: 296

DIEGO TOLSADA | El interés por Jesús no decae, pese a la abundante producción cristológica de diversos talantes y calidades en estos años. Buen ejemplo de ello son estas dos obras.

El exegeta y obispo Wright nos vuelve a sorprender con una originalísima presentación de Jesús desde sus profundos conocimientos bíblicos. Pero, como reza el largo subtítulo, la obra tiene una clara dimensión pastoral, sin perder un ápice del rigor exegético e histórico. Como dice el autor, “el Jesús que estudio… es el Jesús que adoro; el Jesús que predico, es el Jesús que vivió y murió como ser humano real en la Palestina del siglo I” (pp. 7-8).

La presentación la lleva a cabo a partir de la metáfora de la tormenta perfecta (tal como la vivió el pesquero ‘Andrea Gail’ en octubre de 1992), fruto de la confluencia de tres elementos que rara vez coinciden: un frente frío en el sureste de Canadá, un sistema de bajas presiones en el noreste y el huracán Grace desde el Atlántico. En el caso de Jesús, esas fuerzas fueron el crispado sistema religioso judío del siglo I, el poder ocupante romano y el huracán profético mesiánico de Jesús. Este planteamiento ocupa la primera parte del libro, los cinco primeros capítulos. La segunda parte expone, con sencillez y novedad, el proyecto de Jesús, lo que intentó hacer y predicar, que le abocó al clímax de la tormenta, en la muerte y la resurrección (caps. 6-14).

La tercera parte, un solo pero largo capítulo, intenta responder a la pregunta clave: ¿qué significado tiene todo eso hoy para nosotros? La respuesta es contundente: el proyecto de Jesús implicaba una forma de gobernar el mundo, este mundo, que era una alternativa radical a los poderes de la época de Roma y de Jerusalén. A eso lo llamó el Reino. Y esa propuesta sigue teniendo actualidad, pero solo puede ser llevada a cabo por medio de sus seguidores guiados por el Espíritu de Jesús.

Todo esto, narrado con un estilo vigoroso y claro, que evita el aparato técnico de notas y bibliografía, con un lenguaje accesible y cercano. El resultado es una nueva aproximación a Jesús de Nazaret y su proyecto, desde un ángulo novedoso, al enmarcarlo en la lucha de poderes de la época, en la que podemos reconocer muchas de nuestras luchas actuales.

La obra de Ignacio Cacho, que ha sido –entre otras cosas– profesor de Cristología en Deusto, también se mueve en torno a la relación entre el Jesús histórico y el Cristo de la fe. Según José Antonio Pagola, autor del prólogo, estaríamos ante una “cristología fundamental” (p. 18), un intento de determinar las bases históricas de Jesús que han llevado a la confesión de fe en él. El “aire” de esta obra es claramente magisterial, pues estamos ante las notas de los cursos del profesor Cacho.

La obra se divide en dos partes. La primera, la más larga con mucho, expone la figura del Jesús histórico. Un primer capítulo sitúa a Jesús en el amplio espectro de las religiones del Libro hasta nuestros días y ofrece un recorrido por la historia de la cristología desde el siglo XIX. Después, con un método detallado, se presentan todos los “datos” que el NT ha conservado de Jesús: infancia (genealogías, concepción, nacimiento y la figura de la madre), adolescencia (Nazaret y en el templo a los 12 años), juventud (relatos del maestro o palabras, del profeta o gestos, de controversia con los poderes y partidos), la pasión y los relatos de Pascua.

Crítica literaria

La explicación de los textos se hace básicamente a través de la crítica literaria (se transcribe en caracteres de nuestro alfabeto el texto original griego), lo que permite recuperar mucha de la fuerza del lenguaje primitivo, perdida con frecuencia por las traducciones y el hábito. A veces, sin embargo, este método es demasiado telegráfico y hace difícil la lectura. Llama la atención encontrar en ocasiones, y normalmente al final del apartado, explicaciones más pastorales, que acercan el contenido a nuestra realidad. Sin entrar en polémicas, al abordar los temas más controvertidos entre la exégesis actual y la afirmación dogmática, el autor se decanta generalmente a favor de la línea histórica actual; salvando, eso sí, una interpretación dogmática ortodoxa, pero situándola en el plano que le corresponde.

Una segunda parte, más breve pero muy interesante, aborda el desarrollo del dogma sobre Cristo y su conformación definitiva en los concilios hasta el siglo VII. Es un complemento muy oportuno. Cabe destacar la amplitud dada a los esfuerzos de la primera comunidad tal como aparece todavía en el NT y la claridad de la exposición de las distintas opciones básicas: ortodoxa, doceta y adopcionista. Luego, inevitablemente, dada la complejidad del tema y del vocabulario (persona, naturaleza, hipóstasis…), la lectura se hace más difícil al entrar en el desarrollo de los grandes concilios.

Así pues, una obra que, cercana al manual, ofrece una lectura actual y sistemática de la historia de Jesús de Nazaret y de la fe de la comunidad cristiana en él.

Es evidente que “lo de Jesús sigue adelante”, y no solo como curiosidad histórica, por muy interesante que sea, sino porque sigue resonando aún en los oídos y el corazón de mucha gente la pregunta de siempre: “¿Y tú quién dices que soy?”.

En el nº 2.941 de Vida Nueva

Actualizado
14/05/2015 | 23:15
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