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‘Creer en el Dios que viene. De la creencia a la fe crítica’


Un libro de Joseph Moingt (Desclée De Brouwer) La recensión es de Diego Tolsada

Creer en el Dios que viene. De la creencia a la fe crítica, Joseph Moingt (Desclée De Brouwer)

Título: Creer en el Dios que viene. De la creencia a la fe crítica

Autor: Joseph Moingt

Editorial: Desclée De Brouwer

Ciudad: Bilbao, 2015

Páginas: 728

DIEGO TOLSADA | Estamos ante una obra mayor de la teología de nuestro tiempo, no solo por su extensión, sino por el tema abordado, su altísimo grado de elaboración y su pretensión. Es materialmente imposible dar cuenta, ni siquiera somera, del contenido de esta excepcional obra, todavía más valiosa por ser fruto de una persona que tenía 97 años cuando la acabó (ahora 101).

Ya es novedoso que un teólogo se sienta obligado a contar al lector la génesis de su libro, pero es así como el prólogo, muy amplio, detalla el complejo proceso de elaboración de estas páginas. Sorprende la actitud de apertura y flexibilidad ante lo que el mismo proceso creador va produciendo, que se manifiesta en reorientaciones, reajustes, nuevos interrogantes e incluso vacilaciones, hasta llegar a la redacción definitiva. Este largo camino de más de cinco años es muestra del talante inquieto, exigente y abierto a la novedad que Joseph Moingt traslada al resto de la obra.

¿Es posible a estas alturas seguir creyendo en lo que la Iglesia cuenta? Sí, es la respuesta contundente del anciano jesuita francés, pero a un alto precio y solo si pasamos de la creencia a la fe crítica de sí misma y formulada en las categorías de nuestra cultura, porque las formulaciones clásicas, por muy admitidas y repetidas que estén, no dicen ya nada a la persona de hoy.

Es posible porque Moingt diseña en un amplio capítulo primero cómo la especie humana a lo largo de toda su historia ha estado y está en búsqueda de un absoluto. Las diversas religiones no han sido básicamente idolatrías, sino caminos que llevaban los mejores deseos de la humanidad hacia algo mayor que ella misma. Por eso se puede hablar, en la línea de la teología del pluralismo religioso, de un Dios difundido por todas partes.

Pero esta búsqueda del corazón humano ha sido respondida, graciosa y benéficamente al mismo tiempo, por el movimiento de Dios hacia el ser humano, de modo que el encuentro ha podido producirse porque los dos protagonistas de la relación han recorrido su camino cada uno a su manera y su estilo. A la expectativa de salvación que hay en el ser humano corresponde la revelación de la salvación por parte de Dios, primero en los profetas y la ley (judaísmo) y luego en Jesús y su Espíritu. Este planteamiento es el que ocupa la primera parte de la obra.

La segunda es un detallado y profundo análisis del contenido de la revelación cristiana en sus elementos más esenciales, articulado en torno a la Trinidad. Más de la mitad de la obra está dedicada a este larguísimo apartado, en el que se analizan las relaciones entre el Padre y el Hijo (Moingt promete, ¡a su edad!, una segunda parte de la obra reservada a la figura del Espíritu).

En primer lugar, expone cómo se ha ido construyendo históricamente la doctrina cristiana en torno a la revelación de Cristo, primero en la Escritura y luego en la Tradición, con el nacimiento de la ortodoxia y el paso al dogma en los primeros siglos de la Iglesia. Con todo detalle, va recordando las etapas fundamentales de este complejo proceso en páginas que exigen mucho del lector. Tras esta lectura del mensaje desde el punto de vista de la fe eclesial, emprende una lectura del acontecimiento Jesús desde el punto de vista de la razón histórica, revisando para ello la presentación de la figura de Jesús en cada uno de los evangelios canónicos.

Relectura de la revelación

Y es así como se llega a un tercer momento: la relectura de la revelación de Cristo desde el punto de vista de una fe crítica. Es aquí donde se manifiesta en toda su novedad la pretensión de Moingt. Es necesario, si el cristianismo quiere ser pertinente y plausible, repensar sus mismos fundamentos en clave de cultura crítica. Y a ello procede, comenzando por el concepto de la preexistencia de Cristo, con lo que eso supone no solo para la teología de la Trinidad económica, sino también para la Trinidad inmanente (desde la categoría del Amor); y qué implica todo ello para una nueva presentación de la Encarnación y la Redención.

En definitiva, una propuesta radical, de la mano de un creyente cargado de experiencia, sabiduría y esperanza, para repensar y reformular valientemente las viejas palabras cristianas, para que sigan ofreciéndonos, hoy como ayer, sentido, salvación y plenitud. Él propone una manera de hacerlo, con la que se puede estar más o menos de acuerdo, pues son muchos los matices que aborda y la obra no es fácil de seguir. Pero lo que es de valorar, sobre todo, es la llamada a presentar siempre de forma nueva la inagotable riqueza del misterio de Cristo.

En el nº 2.982 de Vida Nueva

Actualizado
01/04/2016 | 00:05
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