Una obra de Miguel Ángel Millán Asín (Sal Terrae, 2013). La recensión es de Julián Fco. Sampedro de la Torre.
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Título: Liderazgo y gestión
Autor: Miguel Ángel Millán Asín
Editorial: Sal Terrae, 2013
Ciudad: Madrid
Páginas: 256
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JULIÁN FCO. SAMPEDRO DE LA TORRE | En tiempos de crisis social y económica, cierre de empresas, trabajadores obligados a reciclarse…, Miguel Ángel Millán Asín, emprendedor con amplia experiencia en los campos de la educación, la acción social y la cooperación al desarrollo, se propone reflexionar sobre las características de fundadores de instituciones religiosas que han perdurado con éxito en el transcurso de los siglos.
A lo largo del presente libro, se van mostrando una serie de notas o características comunes de estos religiosos con la intención de ser de utilidad a quienes actualmente ejercen labores de liderazgo o gestión en sus organizaciones y a los emprendedores sociales. Comienza el autor describiendo las características personales de estos fundadores: tenían sed de Dios; deseos de consagrarse a una vida de oración, pero, a la vez, en contacto con la realidad; atentos a las necesidades; siempre preocupados por la felicidad de los demás, especialmente de los pobres y necesitados.
Eran personajes inquietos, sedientos de verdad, que pasaron por momentos de duda e incertidumbre, incomprensión o rechazo y que, desde un principio, unieron a seguidores entusiasmados por la misma visión-misión. En ellos destacaba la prudencia, la sensibilidad, la humildad, la compostura, la templanza, la ascesis, la alegría, el perdón, la búsqueda de la perfección, la libertad interior, la fortaleza para afrontar el sufrimiento…
Abordaje de conflictos
Posteriormente, Millán Asín se centra en describir cómo afrontaron las distintas realidades de su institución: la captación y formación de personal, proceso largo, permanente, selectivo, espiritual y humano, capaz de contagiar entusiasmo y pasión; el abordaje de los conflictos, desde el afecto, la inteligencia emocional y el diálogo; el papel de la comunicación, tanto interna como externa; una gestión económica basada en una adecuada planificación; la internacionalización de sus proyectos, con mirada universal e inculturación; la creatividad e innovación con la que siempre actuaron; etc.
A tenor de lo que concluyen estas páginas, lo que caracteriza a las empresas longevas es la aptitud de aprender, relacionada con la sensibilidad y la escucha del entorno y sus transformaciones, que permite anticiparse a los cambios; la disposición a constituirse en una comunidad de personas que participan en una aventura conjunta, con una identidad propia y un fuerte sentido de pertenencia; la capacidad para compartir, que incluye espíritu abierto, tolerancia a la diversidad y disposición para establecer alianzas; y la prudencia financiera para enfocar adecuadamente el crecimiento de la empresa.
Todo un católogo de atributos, en suma, para que Liderazgo y gestión sean ejercidos con garantías de éxito.
En el nº 2.889 de Vida Nueva
