EDITORIAL VIDA NUEVA | Según ha podido confirmar Vida Nueva, el Papa habría mostrado su deseo de acelerar el proceso de canonización de Ramon Llull. Es más, Francisco habría dado su visto bueno para que el ilustre mallorquín entrara a formar parte del “club” de los doctores de la Iglesia, convirtiéndose de esta manera en el primer laico de la historia al que se le reconoce oficialmente como maestro de la fe.
Al ahondar en su proceso de conversión permanente, en su prolija obra literaria y en su creatividad arrolladora, resulta sencillo constatar que a Llull le sobran méritos para presentarle como un ejemplo de entrega incansable en el anuncio de la verdad de Jesús. Por eso, la distinción de Roma no haría sino reconocer su papel como impulsor del diálogo entre religiones y, también, de la necesaria presencia de estas en el espacio público para una convivencia en paz.
Esta lección magistral sobre interculturalidad encarnada no está circunscrita únicamente a un espacio y un tiempo pasados, sino que su vida se traduce hoy en clase magistral para sacar adelante la asignatura pendiente del encuentro interconfensional.
Publicado en el número 3.007 de Vida Nueva. Ver sumario
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