Raquel Lara, secretaria de la JOC
Secretaria de la JOC

¿Te atreves a vivir un verano diferente?


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Por “tiempo libre” entendemos aquel que no está sometido a “obligaciones”, bien sean del trabajo y/o estudios, o de necesidades básicas, y en el que podemos poner la finalidad que queramos: de relación, culturales, de diversión, descanso, alternativas… Y es que, desde la JOC entendemos el tiempo libre como algo vital y necesario para nuestro desarrollo por ser un espacio de relación y encuentro con nosotros mismos, con los otros, con la naturaleza: para el descanso, la integración, de realización personal y colectiva, de contemplación, de desarrollo de la vida interior, de creatividad…, y para los que creemos también es un espacio privilegiado para la experiencia de Dios.

Jóvenes con o sin tiempo libre

Observamos que entre los jóvenes se dan básicamente dos situaciones. Hay jóvenes que han terminado los estudios y que van acumulando meses sin encontrar trabajo, para estos “el tiempo libre” puede convertirse en algo agobiante y frustrante, generando desánimo, rutina, aburrimiento, desorden de vida; con el riesgo de terminar en una desestructuración personal y del estilo de vida, descontrol del tiempo, del dinero, etc. Sin embargo, para otros jóvenes debido a la imposición de las características del trabajo temporal, largas jornadas, tiempo parcial… este es insuficiente, escaso o incluso inexistente, con consecuencias también negativas para la persona, el equilibrio sicológico, las relaciones con los amigos, el cultivo de determinadas aficiones.

¿Tu tiempo libre te consume?

Para muchos jóvenes el tiempo libre a menudo es poco “escogido”, se impone y por ello está orientado exclusivamente para un consumo inmediato. Se nos ofrece constantemente un tiempo libre cargado de actitudes alienantes, manipuladoras del deseo, que no nos permite desarrollarnos de manera integral, donde se fomenta el individualismo, se absolutiza el disfrute y se incide en el presentismo y en la inmediatez, y en absoluto es sensible y respetuoso con la Madre Tierra, pues la frustración y la ansiedad que padecen tantos jóvenes como consecuencia del paro y de la precariedad laboral conducen a un consumismo desenfrenado que no es respetuoso con nadie, ni con ellos mismos, ni con los demás, ni con la naturaleza. Al sistema le interesa fomentar cosas que no nos hagan pensar y no requieran demasiado compromiso con el propósito de evadirnos y resignadamente seguir aguantando todo lo que nos echen.

Por un tiempo libre conectado a nuestra vida

Necesitamos un tiempo libre que nos permita descansar, integrarnos, profundizar en relaciones y disfrutar con lo que nos rodea, con lo que somos y tenemos, con nuestras vecinas y vecinos, un tiempo y unos espacios que nos permitan mirarnos a los ojos y compartir cómo nos sentimos, cuáles son nuestros sueños y qué necesitamos; un tiempo para poder organizarnos junto a otros y que nos permita desarrollar la personas que estamos llamados a ser, que queremos ser, desde la gratuidad, el respeto, el disfrute solidario y sostenible, el desarrollo de nuestras cualidades y dones, sin entrar en competencia con nadie ni con nada, sino en red y corresponsabilidad.

Hay alternativas para un verano diferente

Desde la JOC creemos firmemente en la dignidad de cada persona como hija e hijo de Dios, y por tanto en la llamada y en la posibilidad que cada ser humano tiene o debería de tener de desarrollarse integralmente, en todas sus dimensiones y capacidades, para ello creemos que es importante cuidar el tiempo libre, aspecto fundamental en nuestro desarrollo personal y vital, pues es el espacio de las relaciones gratuitas, de la creatividad, de la intimidad, del cuidado, así como del cultivo de los pequeños “gustos” o “habilidades” personales que le dan un toque de calidad a nuestra vida o marcan nuestra personalidad. El tiempo libre es también la ocasión para gozar de las cosas sencillas de la vida.

Por ello, reivindicamos un tiempo libre de manipulaciones, sin imposición de estereotipos, que no esté orientado al consumo que nos consume, que no sea un negocio donde todo se compra y se venda. Estamos en contra de un tiempo libre que nos manipula, adormece y deshumaniza. Reivindicamos un tiempo libre para la creatividad, para el encuentro, donde ensayemos posibilidades de transformación, caminos de liberación de la persona, donde además de descansar, podamos ir haciéndonos más conscientes, más críticos y más protagonistas de nuestras vidas.

Foto de unos jóvenes seguramente de la JOC mandada por Raquel Lara para su blog

Mt. 6, 19-21: “Donde está tu tesoro está tu corazón”. No podemos caer en la trampa de poner el acento en las añadiduras. El corazón es el centro de la persona y hay que cuidarlo. Todo ha sido puesto a nuestro servicio para desarrollarnos como personas, pero no frente a nadie ni acosta de nadie sino desde el respeto, la armonía y el equilibrio con todo y con todos, también con lo de dentro y lo de fuera. Por ello es también necesario aprender a “gastar” y “perder” el tiempo.

En la JOC cuidamos y nos tomamos en serio el tiempo libre:

En muchos barrios organizamos “24 horas de deporte”, ofreciendo a los jóvenes un ocio alternativo, transmitiendo valores de compañerismo, deportividad y solidaridad y donde potenciar la organización juvenil y la relación entre chavalas/es.

Se ofrecen talleres o el Cine de verano, son espacios gratuitos organizado por jóvenes como propuesta alternativa a un ocio y cultura basado en el consumo.

Los “campaJOC”, son una propuesta de acción misionera: educativa y evangelizadora, un espacio donde se cuida y se ponen los medios para el crecimiento personal y comunitario. Tratando de acercar el Proyecto de Dios a los jóvenes, ofreciendo otros modelos de relación y de convivencia, preocupándonos por la dignidad de las personas, cultivando el aprecio y el respeto a la casa común, reflexionando sobre la realidad social en la que vivimos, sobre nuestro papel en la vida y nuestro compromiso con la sociedad, todo ello partiendo siempre de las necesidades e inquietudes de los jóvenes, haciéndolos protagonistas, responsables, creadores…

Dios nos ha creado para ser felices y al llamarnos a la vida, nos llama a compartir nuestra alegría y nuestra felicidad con todo y con todos los que nos rodean y hacen posible la vida.