Raquel Lara, secretaria de la JOC
Secretaria de la JOC

Ser joven hoy, una profesión de riesgo


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Somos “la generación hipotecada” pero sin acceso a hipotecas, la generación universitaria mejor preparada y en paro, la generación en prácticas indefinidas, la generación del paréntesis, la generación de las expectativas quebradas, la generación que vivirá peor que sus padres, la generación que ha asistido perpleja a la fuga de cerebros… son algunos de los muchos nombres con los que se nos conoce a las y los jóvenes de hoy.

Este 12 de agosto, se celebra el Día Internacional de la Juventud en medio de un escenario complejo y desalentador para los miles de jóvenes que vivimos en este país, donde según la última EPA existe un 34,7% de paro entre los jóvenes menores de 25 años; jóvenes que queremos hacer planes a medio o largo plazo y no nos es posible, jóvenes que nos queremos desarrollar profesionalmente y no nos facilitan el acceso a un puesto laboral digno, jóvenes dispuestos a emanciparnos y crear una familia y todo lo tenemos en contra.

Somos los “paganos” de la gran crisis del 2008 y después de una década, aquí seguimos, luchando, sin saber muy bien cómo, por un futuro digno. Somos jóvenes a los que han empobrecido por más que acumulemos carreras y másteres mientras paseamos nuestros currículums ocultando a veces conocimientos para poder acceder más fácilmente a un empleo precario.

Una radiografía intrigante cuando menos

Luis, 24 años, terminó la carrera de Arquitectura hace un año y medio. Una carrera dura y difícil, como muchas otras y también sacrificada. Cuando estudias lo haces con la esperanza de que ese esfuerzo se vea recompensado cuando termines y busques un puesto en el mercado laboral. Pero no es así.

Laura, 23 años, graduada en Filología Inglesa, trabajando por las tardes en una academia para poder pagar el master y tener la oportunidad de presentarse a las oposiciones laborales.

Dani, 24 años y graduado en Ciencias Ambientales. Trabaja de camarero haciendo malabarismos con los horarios para poderlos compaginar con su vida familiar.

Ahora somos ‘millennials’

En realidad, nos definen a varias generaciones dentro de una misma generación. Nos han llamado ‘millennials’, es decir, los nacidos avanzada ya la década de los ochenta, con fecha de corte en el año 2000. También nos han llamado “adultos emergentes”, porque ya no somos adolescentes, pero tampoco podemos ser adultos porque el sistema según está organizado no nos lo permite. Personalmente creo, que no somos jóvenes adultos, porque querámoslo o no llega un momento en que dejamos de ser jóvenes y nos convertimos en adultos, pero adultos que compartimos precariedades que nos acompañan desde la etapa juvenil.

¿Sueños rotos?

¿A alguien le preocupa cómo lo vivimos? ¿Alguien tiene interés en saber qué cicatrices nos está dejando esta realidad que padecemos en nuestras vidas? ¿Hay alguien en esta sociedad adulta que tanto habla de futuro y sin embargo no es capaz de construir el presente que quiera saber de verdad que pensamos los jóvenes? ¿Hay alguien que sea consciente de que más pronto que tarde seremos nosotros los jóvenes de hoy quienes tendremos que hacernos cargo de este mundo que se construye sin contar con nosotros?

Somos jóvenes que en teoría tenemos voz pero que en pocas ocasiones se nos escucha y se nos tiene en cuenta, jóvenes que no queremos conformarnos con las cosas como están, con tener un trabajo en las condiciones que sea y que apenas nos permita sobrevivir, con unos horarios que no hagan posible organizar nuestra vida en torno a una familia, a unas relaciones de amigos, a unos espacios donde cultivarnos, donde tengamos la oportunidad también de dedicar parte de nuestros dones y nuestro tiempo a los demás.

Cuando te cruces con un joven, míralo a los ojos y sinceramente intenta ponerte en su piel, todos somos hijos de nuestro tiempo y todos somos responsables de todos pero cada generación tiene que construir desde lo que la anterior le ha proporcionado y entre los jóvenes de hoy hay muchas potencialidades pero también mucha indignación y si es cierto que muchos han caído en la apatía y la desesperanza otros muchos somos jóvenes que día a día luchamos por un presente y futuro digno para todos/as, porque queremos vivir con dignidad, asumiendo responsabilidades para hacer de este mundo una casa común en la que todos/as sin exclusión podamos vivir con dignidad y realizarnos integralmente.