Raquel Lara, secretaria de la JOC
Secretaria de la JOC

Iglesia en diálogo con los jóvenes


Compartir

¿Tú voz es escuchada y tenida en cuenta? ¿La Iglesia te escucha? ¿Qué le pides a la Iglesia? Estas son algunas de las preguntas lanzadas a un grupo de jóvenes procedentes de distintas organizaciones que el pasado 6 de febrero, convocados por la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y la Juventud Estudiante Católica (JEC) –movimientos juveniles de Acción Católica especializada–, dialogaron con libertad sobre algunos temas juveniles.

En un espacio distendido y representado por una diversidad juvenil como el Consejo de la Juventud de España (CJE), el Consejo de la Juventud de la Comunidad de Madrid (CJCM), Izquierda Unida, Cruz Roja Juventud, la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE) y la Familia Vedruna, estos jóvenes compartieron ideas, opiniones, experiencias, debatieron sobre diferentes puntos de vista creando un diálogo muy enriquecedor… Todo ello, con gran libertad y entusiasmo por la iniciativa propuesta de diálogo con la Iglesia.

‘Iglesia en diálogo’ es un proyecto del Departamento de Pastoral de Juventud de la Conferencia Episcopal Española para promover el diálogo con jóvenes, con las claves que propone el próximo Sínodo de encuentro, escucha y diálogo. Con esta iniciativa se busca encontrarse con jóvenes, escuchar sus propuestas y dialogar con ellos, especialmente con los más alejados de la fe y de la Iglesia.

¿Tu voz es escuchada y tenida en cuenta?

Interesantes son las respuestas de este grupo de jóvenes que participaron en la primera sesión de ‘Iglesia en Diálogo’. A la pregunta ¿tu voz es escuchada y tenida en cuenta?, estos jóvenes respondían así:

  • “Si no estás en un mundo asociativo tu voz no se escucha ni es tenida en cuenta”.
  • “Considero que las organizaciones tienen dos niveles, jóvenes y el resto; a la parte de juventud si se le escucha, pero no se le tiene en cuenta. Se nos encasilla en un área para que ahí estemos, pero sin capacidad de que nuestras propuestas influyan y tengan un impacto en las instituciones”.
  • “Existe una infantilización de la juventud por parte de las personas adultas”.
  • “Creemos que las distintas instituciones dinamizadas por personas adultas tienen miedo a escucharnos, miedo a nuevos planteamientos algo más dinámicos, revolucionarios, llamativos y con nuevos formatos. Por lo que no hay relaciones de igualdad y más si eres joven y mujer”.

Pasando a un segundo bloque, este grupo de jóvenes expresaba sentimientos de frustración, desmotivación, enfado, falta de conocimiento y muchos prejuicios hacia la juventud cuando se les preguntaba cómo se sentían cuando no eran escuchados. Sentimientos opuestos cuando sí que había espacios donde pudieran sentirse escuchados, tenidos en cuenta y valorados.

Continuaban compartiendo que, esos espacios de escucha, debían de ser espacios donde se sintieran seguros, en confianza, donde no se sintieran juzgados, para que así sus aportaciones no generen conflicto y sean bien recibidas, no cuestionadas con dureza. Además, destacaban que a la hora de expresarse, las redes sociales les provoca un sentimiento de libertad a la vez que censura.

Encuentro de 'Iglesia en diálogo' organizado por la JOC y la JEC el 6 de febrero de 2018

Varios participantes del encuentro de ‘Iglesia en diálogo’ organizado por la JOC y la JEC el pasado 6 de febrero

“Una gran dicotomía en la Iglesia”. Así expresaba uno de los jóvenes su experiencia y contacto con la institución. “Con curas y parroquias de base sí hay buena relación. Pero los portavoces de la Iglesia se acercan a los jóvenes desde la imposición de reglas. A veces parece que hay como dos Iglesias dentro de una, que están muy separadas una de otra. Mientras que con una (movimientos, parroquias y cristianos de base) se puede dialogar y hacer cosas en común, con la parte más institucional, el acceso es lejano e inaccesible para dialogar”, agregaba.

Por otra parte, se tenía una valoración muy consensuada sobre el contacto a través de experiencias pequeñas, sencillas y con personas concretas, ayudando a descubrir esa eclesialidad y espiritualidad. A través de estos encuentros que, aunque las motivaciones de cada uno provienen de fuentes diferentes, se sentían en armonía y comunión sabiendo que caminamos hacia un mismo horizonte.

¿Qué le pedirías a la Iglesia?

Aún más concretos y entusiastas fueron a la hora de pedir y hacer propuestas a la Iglesia:

  •  “Pedimos que la parte de la Iglesia que sentimos más alejada se baje de las alturas y se posicione de igual a igual, siendo más fácil el diálogo y la comprensión mutua”.
  •  “La Iglesia tiene que ser capaz de difundir lo mejor que tiene con un lenguaje y formato accesible, divertido y atrayente para la juventud”.
  •  “Que nos escuchen de tú a tú y no en una relación paternalista y maternalista. Ya que la Iglesia la construimos entre todos”.
  •  “Ante esa dicotomía, hacer estos espacios de diálogo con la Iglesia jerárquica”.
  • “Una Iglesia que no se acerque a los jóvenes de una manera moralista y dogmática”.
  • “Visibilizar y dar mayor importantica al papel de la Doctrina Social de la Iglesia. Recurso poco tenido en cuenta siendo una herramienta tan útil para unir la Iglesia con la sociedad”.
  • “Una Iglesia basada en la vida de las personas, encarnada en los problemas del día a día”.
  • “Que cuenten verdaderamente con nosotros (movimientos y personas civiles), desde una verdadera fraternidad sintiendo que queremos trabajar por lo mismo”.
  • “Una Iglesia que pase de la doctrina y el culto, a la espiritualidad y la acción”.

Podemos decir que este espacio de diálogo abierto, cercano y en un formato más desenfadado junto a otros jóvenes, generó un ambiente de enriquecimiento mutuo, donde los prejuicios, que llevamos en nuestra mochila, fueron poco a poco comprendidos, lo que hizo acercar ciertas posturas.

Jóvenes abiertos a descubrir, a valorar, a proponer y a cuestionar. Cuenten con nosotros, escúchennos, téngannos en cuenta, porque nuestra voz es importante… y no tengan miedo a lo novedoso. ¡Dejémonos de prejuicios! Estamos preparados y deseosos de poder trabajar conjuntamente para seguir construyendo un mundo más justo donde todas las personas tengamos nuestro lugar con dignidad dentro de él.