La jesuitina María Luisa Berzosa en el Sínodo: “No quiero ser una espectadora, prefiero mojarme”

  • La única religiosa española miembro de la Asamblea Sinodal, protagonista en la Sala Stampa del Vaticano
  • Turkson reconoce que se ha discutido sobre el sentido tradicional de vocación, pero “la dificultad está en alargar el concepto”
  • “El lenguaje actual de la Iglesia no dice nada a los jóvenes, debemos buscar otro lenguaje”, mantiene el patriarca caldeo

María Luisa Berzosa, jesuitina, en el Sínodo

“Mi impresión es positiva. Estoy agradecida por haberme dado la oportunidad de participar en este Sínodo. Venía con la conciencia de vivir un momento eclesial de dolor y quería defender a la Iglesia desde dentro, no como una espectadora, sino como protagonista; prefiero mojarme”. Son las palabras de la jesuitina María Luisa Berzosa, la única religiosa española participante en el Sínodo de los Obispos sobre ‘los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’, durante el briefing celebrado hoy, 16 de octubre, en la Sala Stampa del Vaticano para informar sobre los trabajos sinodales.

La directora de Fe y Alegría España ha recordado, en su intervención, su trabajo con jóvenes migrantes sudamericanos en Italia, donde estuvo más de una década en los centros multiculturales que la congregación tiene en el país. Sobre la asamblea sinodal, ha destacado que más allá de las congregaciones generales y los círculos menores, el pasillo es otro nivel “más informal”, donde “podemos compartir otros aspectos del Sínodo y de los temas tratados”.

En relación al papel de la mujer en la Iglesia, Berzosa ha dicho, con alegría, que “hay más inclusión”. “Ahora nosotras estamos más presentes en la vida eclesial”, ha añadido.

Alargar el sentido de vocación

Por su parte, el cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, ha apostado por “alargar el sentido de vocación”. Tras una pregunta de los medios a este respecto, Turkson ha reconocido que “se ha tocado este tema y ha sido afrontado en los grandes discursos de las congregaciones generales y se ha discutido sobre el sentido tradicional de vocación, que se refiere a la vocación sacerdotal, religiosa o misionera; la dificultad precisamente esta aquí, en alargar este concepto a otras situaciones de la vida y de ayudar a los jóvenes a entender esto, ellos están invitados a entender que lo que hacen en la vida con un sentido de vocación, es decir orientado hacia Dios”.

En su intervención, el patriarca caldeo, Louis Raphael Sako, ha comentado que “el Sínodo ha sido una escuela donde hemos aprendido mucho recíprocamente de esta micro-Iglesia. Este Sínodo es muy diferente, diferente en la forma de reflexionar, analizar todos los desafíos de los jóvenes y sus problemas, pero sobre todo, buscar un lenguaje comprensible para hablar con ellos”.

“El lenguaje actual de la Iglesia –precisó– no dice nada a los jóvenes, es necesario buscar otro lenguaje. Me habría gustado que participaran más jóvenes, más de 35, sin embargo, los que participan han hablado y se ha producido un intercambio extraordinario, este diálogo ayudará a cambiar nuestra pastoral.

Por último, el arzobispo de Porto Alegre (Brasil), el franciscano Jaime Spengler, ha aludido a dos fenómenos que desafían a a Iglesia hoy: el cambio de época y la globalización. “¿Cómo podemos nosotros, como pastores, responder a las necesidades de los jóvenes que viven esta realidad en lo cotidiano?”, se ha preguntado. Antes de finalizar, ha hecho hincapié en un tema que le preocupa y del que todavía no se ha hablado en la asamblea: las drogas, que son “un problema doloroso por afrontar y difícil de dejar, en este ámbito la Iglesia hace un trabajo extraordinario por hacer ver a los jóvenes el camino de regreso”.

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