El comentario del Evangelio, por Pedro Barrado

  • 19 de agosto de 2018. XX Domingo del Tiempo Ordinario

Proverbios 9,1-6

La sabiduría se ha edificado una casa, ha tallado sus siete columnas, ha sacrificado víctimas, ha mezclado el vino y hasta ha preparado la mesa. Ha enviado a sus criadas a proclamar en los lugares más altos de la ciudad: “El que sea inexperto venga acá”. Y al hombre sin seso le dice: “Venid a comer de mi pan, bebed del vino que he mezclado. Dejad la inexperiencia, y viviréis, seguid el camino de la inteligencia”.

sabiduría
En otras versiones bíblicas esta sabiduría aparece con mayúscula: Doña Sabiduría, que se opone a Doña Necedad. En realidad, es la personificación de un atributo divino, ya que la vemos llevando a cabo una serie de acciones. Por eso el piadoso acabará identificado con el sabio.

siete
El número siete es importante en este pasaje, ya que son siete las columnas de la casa de Doña Sabiduría (¿un templo, una mansión?), y son siete también las acciones que esta lleva a cabo: edificar, tallar, sacrificar, mezclar, preparar (la mesa), enviar (a sus criadas) y decir (o pregonar).

comer de mi pan
El pan y el vino que ofrece Doña Sabiduría son los elementos que ponen en relación este texto con el del evangelio de hoy, donde se habla de comer la carne y beber la sangre del Hijo del hombre. Pan y vino que representan la vida entera del Señor y que por eso son los elementos materiales de la eucaristía.

inteligencia
Si Doña Sabiduría y Doña Necedad andan enfrentadas, también lo están las actitudes que generan: la inteligencia y la inexperiencia. La inexperiencia (petî) también es locura, simpleza; la inteligencia (bînah) es sabiduría, entendimiento, discernimiento. Este último es el camino seguro.

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