Francisco valora la declaración de los obispos chilenos

  • La carta del Papa es recibida en un clima crítico con duras expresiones de dirigentes laicos y sacerdotes respecto a la crisis que vive la jerarquía
  • Laicos califican de insuficientes y a destiempo las medidas adoptadas por los obispos chilenos

En una sorpresiva carta manuscrita dirigida al presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, obispo castrense Santiago Silva, el papa Francisco se refiere a la reciente declaración emanada de la asamblea plenaria. “Quedé impresionado por el trabajo de reflexión, discernimiento y decisiones que han hecho”, dice el Papa.

“Las decisiones -continúa el Papa-, son realistas y concretas. Estoy seguro de que ayudarán decididamente en todo este proceso. Pero lo que más me tocó es el ejemplo de comunidad episcopal unida en el pastoreo del santo pueblo fiel de Dios. Gracias por este ejemplo edificante… porque edifica la Iglesia”, confiesa.

Esta carta llega a Santiago cuando el cardenal Ricardo Ezzati está siendo objetado y criticado desde diversos frentes lo que ya lo llevó a delegar la presidencia del Te Deum en el aniversario patrio y luego a hacer lo mismo con su cargo de Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Muchos se preguntan si está desligándose para dejar definitivamente su cargo de arzobispo de Santiago.

Una nueva herida

La vicepresidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), Araceli Farías, dijo en Twitter que “no queremos encubridores” y están solicitando que el cardenal Ezzati esté definitivamente fuera de la universidad y no solamente delegando funciones. “El no pronunciarse como institución de forma crítica al encubrimiento de la iglesia encabezado por Ezzati, constituye una nueva herida para todos quienes han sido víctimas”, aseguraba Araceli Farías.

Estas críticas se producen cuando se ha dado a conocer nuevos resultados de la encuesta Cadem, de opinión pública, respecto a la Iglesia Católica. Señala que un 83% de los encuestados considera que la institución no es honesta ni transparente; y un 76% desaprueba su gestión. La cifra de católicos, según esta misma medición, cayó al mínimo histórico de 46%, enmarcado en la crisis tras revelaciones de abusos sexuales y encubrimientos por parte de sacerdotes, que tienen incluso al arzobispo Ezzati, imputado en una causa judicial. El informe de CADEM agrega que un 93% de los encuestados cree que la Iglesia ha ocultado o protegido a los acusados de abusos sexuales.

El secretario general de la Conferencia Episcopal, Fernando Ramos, señaló que “creo que expresa el sentimiento o la percepción de mucha gente porque en los últimos meses, efectivamente nosotros hemos estado en la opinión pública por aspectos negativos no por los positivos. Eso incide ciertamente en la percepción que se tiene”.

“Creo que son cifras muy malas, agregó Ramos, y tenemos que trabajar duro no para revertir cifras, sino más bien para ganar la confianza de la gente y cumplir nuestra misión que se basa mucho en la confianza y buena disponibilidad de las personas”, continuó. “Por eso, en la asamblea plenaria hemos determinado y tomado varios compromisos y decisiones al respecto”, concluyó.

Medidas añejas e insuficientes

A esas decisiones y compromisos se refiere el papa Francisco en su carta que ha sido calificada como “autocomplaciente”.

“Nos cuesta entender no solo la demora del Papa, sino también esta carta que se ha transformado en un verdadero elogio a la inoperancia y a los crímenes cometidos por los obispos de Chile”, aseguró el vocero de los Laicos de Osorno, Juan Carlos Claret. “No entendemos cómo el Papa valora medidas que se nos han presentado como novedosas cuando son añejas, sumamente insuficientes”, continuó. “¿Cuál es el verdadero compromiso del Papa Francisco en querer combatir el mecanismo estructural que impera hoy día dentro de la Iglesia Católica a nivel global?”, se cuestionó Claret.

También criticó esta carta Sebastián del Río, de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico, quien expresó que “el papa Francisco vuelve a revictimizar una vez más a todas las víctimas. El Santo Padre despacha un trabajo de los obispos, de reflexión, de discernimiento, que es un trabajo totalmente a destiempo”. “Me parece que seguimos en la línea de que el Santo Padre o bien no tiene toda la información suficiente o no está ni ahí con las víctimas”, indicó.

El jesuita Felipe Berríos, que hace 6 años vive en un barrio popular de Antofagasta, señaló: “Leí la carta (del papa Francisco) y no entiendo nada. Yo soy tonto o hay un movimiento subterráneo y nos hemos perdido esa parte de la película”. Además, afirmó que “el Papa está solo y con una verdadera mafia en el Vaticano con la que tiene que estar luchando”. Sobre la declaración de los obispos pidiendo disculpas por los abusos cometidos en la Iglesia, Berríos apuntó que “la gente ya no quiere cartas, sino que quiere hechos”.

Noticias relacionadas
Compartir