Agenor Brighenti: “Medellín continúa vigente porque el Concilio Vaticano II está vigente”

  • Una de las voces con mayor peso en el mundo teológico latinoamericano habló con Vida Nueva sobre Medellín y sus desafíos en tiempos de “una Iglesia en salida”
  • “Medellín dio a la Iglesia latinoamericana un rostro y discurso propios en la perspectiva de los pobres”, asegura el teólogo brasileño que fue perito en Santo Domingo y Aparecida

Durante el mes de agosto, la agenda eclesial en América Latina está marcada por la celebración de los 50 años de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano celebrada en Medellín (Colombia), en 1968.

El teólogo brasileño Agenor Brighenti, comparte con Vida Nueva algunos trazos sobre la impronta que este hito eclesial ha dejando y sigue dejando en el corazón de la Iglesia latinoamericana y caribeña. 

La voz de Brighenti es una de las de mayor resonancia en la teología latinoamericana. Como presbítero de la diócesis de Tubarão (Florianópolis, Brasil),  es docente de teología en la Pontificia Universidad Católica de Paraná, en Curitiba, como también en la Pontificia de México. Es doctor en ciencias teológicas y religiosas de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), presidente del Instituto Nacional de Pastoral de la Conferencia Episcopal de Brasil y miembro del Equipo de Reflexión Teológica del CELAM. Asimismo, fue uno de los peritos en las Conferencias de Santo Domingo y Aparecida, y ha estado vinculado a la red Amerindia.

 “Básicamente Medellín dio a la Iglesia latinoamericana un rostro y discurso propios”, así se refiere Brighenti a los cambios que a lo largo de estos años ha vivido la Iglesia con Medellín, puntualizando que “este rostro consiste en una nueva evangelización que supera a la llamada ‘pastoral de conservación’ para proyectarse en el servicio de la Iglesia en la perspectiva de los pobres”.

Una tradición liberadora

Con Medellín –afirma– “se origina lo que llamamos una tradición liberadora latinoamericana” que dio lugar a la teología de la liberación, a una teología propiamente latinoamericana, en la que la Iglesia, tal como lo hicieran las primeros cristianos, busca hacer comunidad ‘desde abajo’, de modo que “el rostro de Dios tenga un rostro visible, concreto, en los más pobres y el compromiso social en clave de transformadora, como lo es la pastoral social”.

Para encarnar esa Iglesia en salida que propone el papa Francisco, así como en su momento Medellín encarnó al Vaticano II, el teólogo brasileño asegura que “Medellín sigue vigente porque el Concilio está vigente”.

Los finales de los años 60 eran tiempos muy movidos, en eso coincide con muchos de sus homólogos, pero además agrega que en su momento el concilio propuso “ser una Iglesia peregrina con toda la humanidad, buscando encarnar en la historia el Reino de Dios”.

Medellín en un nuevo contexto 

En este mismo sentido, para Brighenti “Medellín, aunque en un nuevo contexto, busca encarnar el Reino de Dios en la realidad actual todavía marcada por la exclusión, todavía marcada por problemas serios que amenazan la vida de las grandes mayorías”.

“Entonces las intenciones básicas de Medellín, sus opciones fundamentales, continúan porque el contexto presenta casi los mismos desafíos”, es decir, “están vigentes”, concluye el teólogo.

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