El comentario del Evangelio, por Pedro Barrado

  • 5 de agosto. XVIII Domingo del Tiempo Ordinario

Éxodo 16,2-3.14-15

La comunidad de los israelitas comenzó a murmurar contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo: “¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y nos hartábamos de pan! Pero vosotros nos habéis traído a este desierto para hacer morir de hambre a toda esta muchedumbre”. Cuando se evaporó el rocío, observaron sobre la superficie del desierto una cosa menuda, granulada y fina, parecida a la escarcha. Al verlo se dijeron unos a otros: “¿Manhu?, es decir, ¿qué es esto?” […] Moisés les dijo: “Este es el pan que os da el Señor como alimento”.

murmurar
El verbo “murmurar” (lûn) es relativamente frecuente en el Éxodo. Pero el verbo tiene también un cierto sentido de permanencia, de continuidad. La murmuración no es o no será un hecho aislado, sino que, por desgracia, va a formar parte de la actitud del pueblo con respecto a Dios.

hartábamos
La saciedad o la hartura (soba‘) es la forma gráfica de la abundancia. Se podría entender como el anhelo de un pueblo asediado por la escasez. Pero es evidente que la expresión tiene un evidente sentido paradójico: ¿realmente Israel vivía en Egipto tan bien como se da a entender?

Manhu
La versión bíblica ha incluido en el texto la expresión hebrea manhu o man hu –bastante oscura, por cierto– y su traducción. En otras versiones bíblicas aparece directamente el “¿qué es esto?”. La razón parece clara: ofrecer una “explicación etimológica” del término “maná”.

os da el Señor
Probablemente esta es la clave de todo el texto: es el Señor el que da a su pueblo el alimento. El salmo de la liturgia de hoy hablará de “trigo celeste” y “pan de ángeles”. El evangelio dará un paso más y presentará a Jesús como “pan de vida”, el verdadero maná que el Señor da.

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