Coccopalmerio propone incluir el cuidado del medio ambiente en el Código de Derecho Canónico

Francesco Coccopalmerio Secretario general del Pontificio Consejo de Textos Legislativos en la sala stampa presentando un documento oficial

El cardenal Francesco Coccopalmerio, presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, ha asistido al ‘Diálogo sobre inversiones católicas para la transición energética’, organizado por el Movimiento Católico Mundial por el Clima en Roma. Durante su intervención, expresó su decisión de “proponer al papa Francisco incluir en el Código de Derecho Canónico la defensa del medio ambiente”.

Su propuesta pasa por incluirlo nada menos que en los cánones 208-223 del Título 1 del Segundo Libro del Código, que reza “de las obligaciones y derechos de todos los fieles”, ya que considera que “por desgracia en él se evita hablar de una de las obligaciones más importantes: tutelar y promover el ambiente natural en que vive el fiel”.

Así, Coccopalmerio propone a Francisco incluir un canon que diga: “Todo fiel cristiano, consciente de que la creación es la casa común, tiene la obligación no solamente de no dañar, sino también de mejorar, sea con un comportamiento normal o con iniciativas específicas, el ambiente natural en el que toda persona está llamada a vivir“. El purpurado afirma que han sido las propias palabras del Papa y más concretamente ‘Laudato si” lo que le ha llevado a reflexionar largamente y tomar esta decisión, en la que la última palabra será la de Francisco.

Baldisseri: “Amoris laetitia es una brújula”

Así ha calificado el secretario general el Sínodo de los obispos, Lorenzo Baldisseri, la exhortación postsinodal del Papa sobre el matrimonio y la familia ‘Amois laetitia’. Baldisseri ha querido subrayar en entrevista a Vatican News la manera que tiene Francisco de relacionar “el tema de los jóvenes con el de la familia”, algo que se ha hecho patente en varias ocasiones durante su Pontificado. El purpurado explica que el Papa exhorta a los jóvenes “a sostener la institución de la familia para que pueda continuar siendo un lugar en el que sus futuros hijos puedan crecer de forma correcta, sana”.

Pero Baldisseri recuerda que para mejorar la familia hay que transformarla, por lo que el Papa “les advierte de que deben luchar, eso es lo que quiere decir cuando les dice que no se queden sentados (…) ¿Y qué instrumentos tienen para esta lucha? Su arma principal son las orientaciones que pueden encontrar en ‘Amoris laetitia’“, afirma. Pero como dice el propio Francisco en el documento, los jóvenes deben trabajar por el futuro y el presente teniendo siempre en mente “sus raíces, su pasado, sin el que no puede haber un mañana. Y toda la sociedad debe ayudarles a no romper los puentes con la tradición, debe ser un esfuerzo colectivo”.

Un obispo coreano urge a reunir a las familias de Norte y Sur

El obispo de Uijeongbu, Li Ki-heon, comprende mejor que nadie el drama de las familias separadas por la frontera del paralelo 38 que divide las dos Coreas. Y es que este prelado, nacido en Corea del Norte, tenía tan solo 4 años cuando se vio obligado a abandonar junto a su madre el país para emigrar al Sur, dejando a sus hermanas, que debían partir después de ellos, en Pyongyang, “haciendo vivir a mi madre para siempre con el corazón destrozado”, afirma el mitrado en entrevista a SIR.

Ki-heon relata el testimonio de familiares, vecinos y amigos, a los que sus padres nunca dejaron de recordar, y que fueron martirizados en el Norte a partir de 1949, antes de la guerra y cuando él apenas alcanzaba los dos años. “¿Podrán los del Norte mantener la fe sin sacerdotes? ¿Podrán rezar sin ayuda de otros cristianos?”, le preguntaron sus padres poco antes de morir. Y como presidente de la Comisión para la reconciliación de la Conferencia Episcopal, ha hecho suya esa lucha y pone todo su esfuerzo en ayudar a mejorar las condiciones de los cristianos del Norte.

Afirma que es difícil para los extranjeros entender la situación. “Es imposible confirmar si tus parientes están vivos o muertos. No hay posibilidad de comunicarse con ellos o recibir noticias”.  Y también está el envejecimiento: “Hace 70 años de las separaciones, hablamos de gente de casi 90 años de media, se calcula que quedan unos 5.000. Reunir a estas familias es una prioridad absoluta“. Sin embargo, Ki-heon se muestra optimista aunque cauto por las negociaciones recientes, y conoce perfectamente el papel que debe jugar la Iglesia en ellas. Y es “favorecer el diálogo y la cooperación”. Así, agradece “al Papa y a la Iglesia universal” las oraciones por la paz, que poco a poco dan fruto.

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