La misión papal en Chile establece un servicio de escucha a las víctimas

  • Los delegados pontificios, Scicluna y Bertomeu, designan un grupo de expertos para una atención permanente
  • “Necesitamos hacer justicia con las víctimas por el bien del país y también de la Iglesia”, justifica el arzobispo de Malta

“Hemos dispuesto que se establezca un servicio de escucha a las personas que nos han escrito y deseen acceder a ello que, además de acogerles, pueda orientarles”, expresó el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, horas antes de salir de Chile, acompañado del sacerdote Jordi Bertomeu, dando por finalizada la misión pastoral encomendada por el papa Francisco que los mantuvo por 8 días en el país, en esta segunda visita.

En una declaración leída ante periodistas, Scicluna agregó: “Luego de reunirnos en distintas oportunidades con los miembros del Consejo Nacional de Prevención de Abusos de la Conferencia Episcopal de Chile, hemos estimado oportuno que sean algunos de sus expertos quienes asuman esta tarea transitoria -en nuestro nombre- en el país. Tengo plena confianza en que estas personas, por su preparación, competencia y experiencia, podrán prestar este servicio a la comunidad eclesial”, e invitó a todos los interesados que contacten a este servicio, a partir de ese momento, indicando una dirección electrónica y un número de teléfono.

Espacio de confianza

Por encargo de los delegados pontificios, este servicio actuará en el nombre de ellos y estará integrado por la sra. Pilar Ramírez, actual coordinadora del Consejo; Josefina Martínez, psicóloga; la hermana Marcela Sáenz; y los sacerdotes Larry Yévenes, sj, y David Albornoz, sdb. Ellos procurarán ofrecer un espacio de confianza en que estas personas se sientan apoyadas en su proceso de búsqueda de la verdad, con caridad y justicia.

Este servicio se define como de escucha, de carácter transitorio mientras sea necesario, y ofrecerá acogida y orientación a las personas respecto de las situaciones que planteen. Los consejeros, además, estarán disponibles para acompañar y hacer seguimiento de estas situaciones, en el caso que sea pertinente.

En estos días un número importante de denuncias han sido replicadas en los medios de comunicación, muchas de ellas nuevas y algunas que ya fueron hechas años antes. En al menos 12 de las 26 diócesis chilenas hay denuncias contra sacerdotes, algunas ya tienen abiertos los procesos de investigación previa; otras se refieren a casos ya resueltos y algunas son recientes. Algunos obispados han anunciado que sacerdotes denunciados han sido suspendidos del ejercicio de su ministerio dando inicio al proceso de investigación.

En su declaración de despedida, Scicluna agradece la confianza recibida por quienes acudieron a ellos con sus testimonios y por la experiencia vivida con comunidades parroquiales. “Nos han pedido que la Iglesia avance en caminos de verdad, justicia y reparación, expresa. Es también lo que nos pide el Santo Padre. Por ello reitero que la invitación a reconocer y admitir la verdad completa, con todas sus dolorosas repercusiones y consecuencias, es el punto de partida para una curación auténtica, tanto de la víctima como del autor de los abusos. Investigar es un deber de justicia. Necesitamos hacer justicia con las víctimas por el bien del país y también de la Iglesia. Junto con ello hemos señalado que la acogida de las víctimas denunciantes de abusos debe ser un principio rector en los procesos eclesiásticos”, precisó.

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