Francisco aceptó tres renuncias de obispos en Chile y asumen administradores apostólicos

Osorno, Valparaíso y Puerto Montt son las diócesis que reciben nuevo pastor.

Después de la dura carta en la que Francisco convocó a todos los obispos chilenos a Roma, el encuentro de 34 obispos con el Papa, en cuatro sesiones durante tres días, fue fraterno y grato, pero cargado de signos que hablan de un severo llamado de atención. El documento que el Papa les entregó para orar y meditar es una fuerte reprimenda en la que les hace ver que en su ministerio pastoral han perdido el centro, poniéndose ellos mismos o a la Iglesia en el lugar de Jesús. En una hermosa descripción de lo que fue esta misma iglesia chilena, con otro episcopado, cuando desempeñó un rol profético, Francisco les hace ver que han perdido esa profecía.

Los obispos en Roma ante el Papa tal vez vislumbraron la gravedad de lo que les hacía ver Francisco y dejaron su cargo a disposición del Papa. Por tanto, hoy todos están en esa situación lo que se percibe en el país con una Iglesia abatida, sin rumbo, fuertemente golpeada por denuncias de abusos y encubrimiento contra sacerdotes y obispos.

Poco a poco comienzan a estabilizarse algunas diócesis. Las primeras han sido Osorno, Puerto Montt y Valparaíso.

Osorno, reconstruir la comunión

En Osorno la salida del obispo Juan Barros ha permitido una nueva disposición para el reencuentro eclesial ahora con la conducción del administrador apostólico Jorge Concha Cayuqueo que ha sido obispo auxiliar de Santiago desde el 2015. Franciscano, hijo de madre mapuche, ha sido vicepresidente de la Conferencia de Religosos y Religiosas de Chile (CONFERRE) además de ministro provincial de la Orden Franciscana.

Debutará en su nueva responsabilidad con ocasión de la Misión Pontificia en Osorno que en estos días interviene activamente para dejar iniciado el proceso de reconciliación en esa iglesia.

El arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el sacerdote catalán, Jordi Bertomeu, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, llegaron a Osorno por cuatro días para escuchar a muchas personas impulsando el diálogo que haga posible reconstruir la comunión eclesial. El domingo 17, poco antes que la Misión papal abandone Osorno, celebrarán una Eucaristía en la Catedral, con Concha como protagonista, para manifestar en un signo fraterno la voluntad por la unidad.

Administradores apostólicos

En las otras dos diócesis también han asumido los administradores apostólicos recién designados. En Puerto Montt, en una ceremonia realizada en el Arzobispado el miércoles 13 con participación del arzobispo emérito Cristián Caro Cordero, hizo su profesión de fe y juramento de fidelidad como administrador apostólico, el sacerdote mercedario Ricardo Morales Galindo. Era superior provincial de la Orden de la Merced, abogado, Licenciado en Teología; Magister en Derecho de Infancia, Adolescencia y Familia y Licenciado en Educación. En ese mismo acto manifestó su voluntad de continuar con la línea y prioridades del Sínodo Arquidiocesano, a la vez que destacó la importancia de centrar todo en Jesucristo.

En Valparaíso, a su vez, el martes 12 tuvo lugar el acto jurídico de toma de posesión del nuevo administrador apostólico que también se desempeñaba como obispo auxiliar de Santiago, Pedro Ossandón Buljevic. En su mensaje a la iglesia diocesana, presentó el desafío de su ministerio: “generar una cultura donde cada persona tenga derecho a respirar un aire libre de todo tipo de abusos. Una cultura libre de encubrimientos que terminan viciando todas nuestras relaciones. Una cultura que frente al pecado genere una dinámica de arrepentimientos, misericordia y perdón, y frente al delito, la denuncia, el juicio y la sanción”, dijo. “Y se los digo con toda el alma: ¡Vale la pena dar la vida por este gran desafío!”, agregó.

En estas tres diócesis han sido designados administradores apostólicos a los que se suma el que reemplaza al obispo de Valdivia, quien fue trasladado al arzobispado de Antofagasta, hace ya casi 4 años. Es una modalidad que muchos reconocen importante y significativa como transición para la designación del obispo, incluso porque en ella ven que abre la posibilidad de que los mismos fieles de la diócesis pudieran ser escuchados al momento de nombrar un nuevo obispo.

 

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