La Iglesia no teme que Sánchez revise los Acuerdos: “Habría que actualizarlos”

Pedro Sánchez y Josep Borrell, en el primer Consejo de Ministros del Gobierno junio 2018

La Iglesia española sigue con la mano tendida al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. A pesar de algunos signos que han levantado inquietud, como arrinconar la Biblia y el crucifijo en su toma de posesión o del anuncio del ministro de Exteriores, Josep Borrell, de que la denuncia de los Acuerdos con la Santa Sede  “es mi negociado” y de reclamar que “hay que plantearse seriamente la laicidad del Estado”.

“No nos asusta que se diga que hay que tocar los Acuerdos. Es más, habría que actualizarlos, porque desde que se firmaron, en 1979, ha pasado ya el tiempo por ellos”, señala a Vida Nueva un obispo, peso pesado en la cúpula de la Conferencia Episcopal, quien, sin embargo, cree que estos anuncios actúan como “fuegos de artificio, pues el tema religioso es muy socorrido para los partidos”. Considera, en todo caso, que con una legislatura de dos años por delante, en el mejor de los supuestos, Sánchez no se meterá a denunciar un acuerdo internacional “que supone tocar muchas cosas”. “Los puentes no están rotos con el PSOE y no percibo que el de los Acuerdos sea un tema urgente para ellos”, añade.

¿Apoyos o confrontación?

“En las relaciones con la Iglesia, Pedro Sánchez va a evitar una polarización en torno a la cuestión religiosa. Pensar en tocar los Acuerdos Iglesia-Estado con una legislatura como esta está totalmente fuera de lugar”, certifican desde el PSOE, que entienden que el presidente tiene los ojos fijos en el electorado de Ciudadanos, “un segmento que exige buscar acuerdos en vez de tensar la cuerda”. Lo cual no quita para que, como señala este interlocutor, “desde el Gobierno se vayan produciendo signos que provocarán algún tipo de conflicto con la Iglesia”. Entre ellos, el de la eutanasia. “Entre otras razones, porque es un proyecto de ley ya presentado, en ejecución, y para el que hay, por tanto, más tiempo para la acción de este Gobierno”, añade la fuente.

Otros “gestos” que pueden escocer tienen que ver con la eliminación de “esos restos de confesionalismo que abundan en la confusión entre lo público y lo religioso, como en el caso de las banderas que ondean a media hasta en los cuarteles militares durante el Viernes Santo”, añaden desde el PSOE. Pero “tampoco será una gran ofensiva, pues no se trata tanto de legislaciones como de costumbres adquiridas, por lo que no necesitan tanto de una tramitación parlamentaria cuanto de modificar protocolos”. Pero no todo será confrontación. Las fuentes constatan una clara colaboración en un tema al que el Gobierno de Zapatero fue muy sensible: el del Valle de los Caídos. “Ahí hay avances gracias a la sustitución del cardenal Rouco por Osoro al frente del Arzobispado de Madrid”.

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